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Secuestro exprés, pesadilla eterna
Los investigadores lo llaman el viaje millonario; las víctimas, la peor experiencia de su vida. Estas son dos historias de guatemaltecos que vivieron un secuestro exprés. Casos reales con nombres cambiados pues las víctimas prefieren no revelar su identidad. Al primero lo llamaremos Carlos Contreras. 42 años. Una noche de marzo de 2012 visitó a […]
Publicado el 11 Ene 2018

Secuestro exprés, pesadilla eterna

Los investigadores lo llaman el viaje millonario; las víctimas, la peor experiencia de su vida. Estas son dos historias de guatemaltecos que vivieron un secuestro exprés. Casos reales con nombres cambiados pues las víctimas prefieren no revelar su identidad.

Al primero lo llamaremos Carlos Contreras. 42 años.

Una noche de marzo de 2012 visitó a sus amigos en la colonia Centroamérica zona 7 de la capital. Estacionó y caminó apenas metros cuando recordó que olvidó documentos en el vehículo. Cuando abría las puertas, dos hombres –uno de complexión fuerte y el otro delgado–, le apuntaron con una pistola.

Creyó que eran agentes de seguridad de la colonia, pues había cruzado un rótulo que advertía “Vecinos organizados contra la delincuencia”. Imaginó que lo confundían con un ladrón.

“Yo les dije: “no, este es mi carro” Y me dijeron: “pásate para dentro y me aventaron a golpes y ahí me tuvieron cinco minutos”

“Me dijeron que colaborara, que ellos lo que querían era el vehículo, pero que no me podían dejar ir. Arrancaron y pasé enfrente de la casa de mis amigos y me llevaron sin rumbo”

Empezó el viaje. Para los delincuentes, el viaje de su vida; para Carlos, la pesadilla.

“Me dijeron que cerrará los ojos y que agachara la cabeza, y como yo la levantaba constantemente me pegaban, yo esperaba que la policía o los bomberos pasaran, para lanzarme del vehículo”

Carlos no lo advirtió, pero sus victimarios dieron vueltas cerca del área donde lo secuestraron: 40 minutos de terror en su propio vehículo, conforme avanzaba el carro, su angustia crecía y en su mente dibujaba un plan: golpear al delincuente que le apuntaba con la pistola, era el hombre de bajo y delgado; luego pretendía lanzarse, aunque logró abrir la puerta para ejecutar su plan, no lo hizo, algo en su mente lo detuvo.

“Yo me la quise llevar de superhéroe, pero en ese momento vino a mi mente que iban a nacer mis hijas. Ya sabíamos que eran gemelas, en ese momento pasó toda mi vida, tener la pistola casi en la frente, es horrible”

Luego de unas vueltas, finalmente los hombres lo dejaron en la Calzada San Juan, zona 7 y se robaron su automóvil, nunca lo recuperó.

Rony Rivera llamaremos a la segunda víctima. Su caso es diferente, una noche de fiesta con sus amigos terminó en angustias. Él y un amigo abordaron un taxi, el piloto era un delincuente que operaba con otras dos personas en otro vehículo.

“Ya cuando estábamos a dos o tres cuadras de mi casa el carro frenó. Cuando sentimos abrieron las puertas de atrás del taxi y se subieron dos tipos, a mí me encañonaron en la parte de atrás, a mi amigo adelante el piloto le sacó una pistola”

El amigo de Rony corrió con suerte, llevaba dinero en efectivo y ese fue su pase para que lo dejaran bajar del automóvil. Rony solo llevaba tarjetas debito y se lo llevaron.

“Yo iba acostado en la parte de atrás del taxi y me pusieron una pistola en la cabeza, me llevaron a un cajero. Me dijeron que actuara como si fuera amigo de ellos”

El débito fue por Q500, además le quitaron un reloj que significaba mucho para él. Ese fue el costo de la peor experiencia de su vida.

“Empezaron a dar vueltas por lugares desconocidos, y uno de ellos todavía me dice: “¿Cuánto calzás?”, y remata: “ah, están chileros, pero no me quedan, solo por eso de buena onda te los dejo”

El carro continuaba marcha sin rumbo.

“Uno de ellos dijo: Muchá y ahora qué hacemos con aquel. Cuando escuché eso, sí me asusté, pero uno dijo “aquí dejémoslo, camina recto y contá hasta 15”

El viaje para las víctimas no ha terminado. Sus emociones aún sufren alteraciones. La pesadilla vuelve en las noches.

En diciembre pasado un video que muestra el momento cuando dos hombres ingresan con violencia a un automóvil blanco y se llevan el vehículo y a su conductor secuestrados, se hizo viral. Los delincuentes aprovecharon el alto del semáforo en un sector de la colonia Reformita zona 12, con una pistola somatan la ventana del vehículo. Una mujer conducía, cuanto ella baja el vidrio uno de los hombres la obliga a pasarse al sillón del copiloto y él toma el timón: la secuestra, otro ladrón los sigue en la moto.

Se les conoce como secuestros exprés, pues no implican la retención de la víctima por un periodo prolongado de tiempo. Aunque el fiscal contra los secuestros del Ministerio Público, Cesar Estrada, explica que estos hechos no son tipificados como secuestros.

“En el tema de secuestros exprés que le llaman, se hacen el objetivo de extraer dinero de los cajeros o robo de vehículos, pero el objetivo no es la privación de libertad”

El secuestro exprés no es una actividad nueva dice el funcionario del MP y su fin principal es obtener dinero de forma inmediata al obligar a sus víctimas a retirar dinero de los cajeros.

“Ha existido desde el tiempo que existen las tarjetas de crédito y no creemos que las estructuras se hayan mudado a este tipo de actividad porque paralelamente han existido”

En el secuestro exprés los delincuentes actúan, según el MP, cerca de cajeros en Centros Comerciales, paradas de autobuses, centros nocturnos y semáforos o en zonas con menor tránsito.

Una forma más de operar se evidenció el martes, cuando en el Periférico un vehiculó colisionó el carro de Carlos Coronado de 37 años. Él iba con su sobrino de 14 años, detuvo la marchar para resolver la situación, pero al descender del automóvil, dos hombres lo secuestraron junto con el chico, en su vehículo lo llevaron rumbo a la zona 3 en donde optó por lanzarse del carro para pedir auxilio. Tras una persecución policial los secuestradores fueron capturados.

Stu Velasco, subdirector de investigación criminal de la Policía Nacional Civil, afirma que este tipo de estructuras recién surgen.

“Estamos ante un fenómeno de robo de vehículos y un asalto, son estructuras emergentes que intentan incursionar en el secuestro pero no tienen trayectoria criminal conocida”

En promedio, la duración del secuestro exprés es entre 30 minutos y 2 horas dijo Velasco. Y según los informes de PNC, las zonas 7, 14 y 21, además de Boca del Monte, es donde han ocurrido últimamente secuestros exprés. En tanto el MP recibió en 2017, 120 denuncias sobres secuestros en general.

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Henry Bin

Periodista

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