La vacunación contra el Covid-19 es como una bola de nieve que crece mientras avanza: todos quieren ser los primeros en recibir el inmunizador, aunque no sea su turno según el Plan Nacional de Vacunación. Los encargados reciben presiones si alguien queda fuera. Por ejemplo: los practicantes de medicina en los  Hospitales de Roosevelt y San Juan de Dios no fueron vacunados, a pesar de que el cronograma los ubicaba en segunda fila de la primera fase.

Velveth Méndez es practicante de 5° año de medicina general de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) en el hospital Roosevelt, el cual concluyó el 6 de marzo con la vacunación.

“Quedamos excluidos, nos avisaron que debíamos anotarnos en el listado de vacunación; el viernes se publicó el listado de los horarios de aplicación, pero nosotros no aparecimos, solo como dos compañeros estaban y consultamos qué iba a pasar con nosotros y la respuesta fue: “si alguno de ustedes por error aparece en ese listado, no se aparezcan, porque no los van a vacunar porque son estudiantes”.

La primera fase puede ser un conato de la vacunación masiva dice Zulma Calderón, Defensora de la Salud de la oficina del Procurador de Derechos Humanos:

En primer lugar, el Plan es Nacional ya tiene los lineamientos que todos debemos de seguir, no es algo de “si quiero o no quiero”, por eso fue que insistimos que las fases deberían ir en paralelo en todas las áreas. Si no se crea un proceso discriminatorio.  Lo importante es que el ministerio de Salud evalúe las debilidades y reenfoque, que si se va a dejar a criterio de centro de vacunación incluir o no a las personas, se debe definir con qué criterios, porque el acceso y la disponibilidad debe ser universal y si no, hacemos al sistema excluyente y vulneramos a la población. 

En el hospital psiquiátrico Federico Mora, hubo protesta. Luis Ángel Ávila, director del centro, señala fallas en la coordinación:

El área les había dicho que se iba a vacunar todo el personal y entonces se les avisó a todos y se hizo el cronograma. Pero anteriormente se había planificado que iba a ser por orden: primero quienes estuvieran en contacto con pacientes Covid-19 –médicos, enfermeros, intendencia. Entonces ya no fue para todos y ahí estuvo el problema.

La programación inicial requería 524 dosis, pero solo llegaron 200. Ávila cree que es un error vacunar al personal administrativo de los hospitales, pues cree que la prioridad son las áreas de salud.

Hubo otros hospitales, como el de Zacapa, con historias distantes. La semana antepasada inmunizó a todo su personal: 875 personas, incluidos los practicantes. Aquí formaron su propio comité de vacunación para que distribuir la responsabilidad y vacunar de forma equitativa. Y, sin embargo, hubo desafíos con los médicos:

 “Fue el enfrentamiento porque ellos no querían vacunar a nuestros estudiantes y les dijimos que sí era necesario, porque tienen contactos con pacientes”. Las áreas de salud consideran que la vacunación de estudiantes debe ser coordinada por las universidades.

Al evaluar inconvenientes en otro centro, este doctor dice:

Nosotros teníamos desde el inicio nuestro propio protocolo de vacunación, cosa que no existe en otros hospitales y las áreas de salud no conocen la estructura del recurso humano de los hospitales y eso ha generado desorden y hemos notado que eso genera riesgo de tener infiltrados.

Salud espera vacunar en la primera fase a 100 mil: entre personal que atiende a pacientes Covid-19, trabajadores de salud en áreas fuera de pandemia, estudiantes de medicina, paramédicos y empleados de funerarias, además de pacientes en asilos y hogares especiales. Con donaciones y las primeras dosis adquiridas por el gobierno suman 143 mil vacunas dobles.