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La nube pública y la privada ¿dónde debería guardar mi información?
Cuando hablamos de “la nube” no solemos imaginarnos lo que realmente es: un edificio gigantesco, tan grande como un centro comercial, lleno de máquinas y cables que están encendidos siempre. Sin tregua. Que gastan tanta energía como una ciudad entera y se calientan como planchas. Tampoco pensamos en una plataforma en el mar, llena de […]
Publicado el 23 Nov 2021

La nube pública y la privada ¿dónde debería guardar mi información?

Cuando hablamos de “la nube” no solemos imaginarnos lo que realmente es: un edificio gigantesco, tan grande como un centro comercial, lleno de máquinas y cables que están encendidos siempre. Sin tregua. Que gastan tanta energía como una ciudad entera y se calientan como planchas. Tampoco pensamos en una plataforma en el mar, llena de estos aparatos, instalada justamente allí para poder utilizar el agua para enfriarla. O los enormes salones en países nórdicos, forrados de hielo, que permiten tener una temperatura fría todo el tiempo. Eso es la nube. La nube existe y está en tierra. Sube y baja archivos todos los días, los lanza como pájaros invisibles e hiperveloces a cualquier parte del mundo a cualquier hora del día.

De unos años a la fecha ya no podemos vivir sin la nube. Antes para comprar una computadora lo primero que debíamos contemplar era su capacidad de almacenamiento, hoy en día algunas notebooks se venden con memorias tan pequeñas como las que tendríamos en un celular. Ahora, lo importante es tener un buen almacenamiento en la nube. Y otra cosa que quizá no sabíamos es que existen varias posibilidades: pública, privada o híbrida.

De eso habla Eric Arosemena, gerente regional de GBM, una empresa que brinda servicios de nube y que administra nueve centros de datos físicos en la región Centroamericana y en República Dominicana.

¿Qué diferencias hay entre nubes?
La nube es ese sitio donde consumimos recursos de procesamiento, almacenamiento, seguridad para hacer lo que tradicionalmente hacíamos en nuestro centro de datos. La nube se puede consumir en varios sabores, de varias formas, por ejemplo, la nube pública es tal vez la que más se asemeja a nuestro concepto común de la nube, que son capacidades de cómputo que se encuentran en un ambiente compartido provisto por un tercero. Por ejemplo, puede ser la nube de IBM, la nube de Microsoft, de Amazon, etcétera. Al ser una nube pública, eso significa que literalmente mi información y los servidores o servicios que consumo de la nube están siendo servidos desde una infraestructura que muchas personas más usan, que está, obviamente protegida, segregada, independiente desde un punto de vista lógico, pero desde un punto de vista físico es compartido.

Cuando hablamos de una nube privada significa que me estoy conectando a recursos informáticos que otros me proveen a través de internet, pero esos recursos viven en un ambiente que está absoluta y exclusivamente dedicado a mi empresa. Por ejemplo, si yo quiero un servicio de nube privada, el proveedor me tiene que garantizar que los equipos a utilizar son solo para mi organización y nadie más los va a usar. Y como es privada yo controlo quién entra, quién sale. Tengo más control sobre el ambiente. Yo puedo pedir una nube privada por tema de seguridad, por temas de operación. Hay varios criterios que se utilizan.

Híbrido es la combinación. Puede ser nube pública con nube privada o inclusive lo que llamamos un data center con nube. Entonces híbrido significa que vivo en ambos mundos. Doy un ejemplo: yo tengo mi data center en mi empresa y decido que voy a cambiar un sistema, pero los nuevos sistemas vienen para la nube y el resto de la organización utiliza otras aplicaciones que van a seguir ejecutándose desde mi centro de datos. Entonces ambos ambientes deben convivir. Eso tiene ventajas porque tienes lo mejor de ambos mundos. Puedes desplegar rápidamente aplicaciones en una nube pública, seguir usando la infraestructura sobre la cual ya invertiste y todavía tienes depreciación contable o tal vez ir a una aplicación que la tecnología de un proveedor no te permite en la nube pública.

Algunos gobiernos de la región exigen que los datos estén en un lugar distinto a la nube. Entonces tengo que tener mis datos acá. Pero hay servicios de la nube pública que puedo consumir. La nube híbrida tiene sus ventajas y sus responsabilidades.

¿Cuáles son esas ventajas y responsabilidades?
Ventajas de flexibilidad. Puedo empezar a modernizar mi organización sin tener que pensar en un Big Bang. Es decir, no tengo que cambiar toda la empresa a la nube mañana mismo, puedo migrar a la nube pausada e inteligentemente, mientras mi organización madura.

Hace cinco o diez años, cuando decíamos: hay que hacer respaldos, hablábamos de un almacenamiento que podía ser un rack lleno de discos duros, que toman tiempo en llegar, en instalarse y se dañan. Ahora puedo conectar a la nube pública y, si la uso, la pago y si dejo usarla ya no. Cuando decido usar una nube híbrida puedo seguir manejando mi infraestructura tradicional, no la tiro a la basura, la necesito todavía, pero los backs up los llevo a la nube pública.

¿Qué responsabilidades tiene la nube híbrida?
Nosotros los tecnólogos estamos acostumbrados a ser los amos y señores de ese ambiente que se llamaba datacenter y ahora somos gestores de un tercero que nos da el servicio. Entonces la primera responsabilidad es entrenarme. Esa es una responsabilidad. La otra es que debo mantener el control que tenía en mi datacenter local, tenerlo en la nube pública. Los ambientes que son fáciles de crear, de expandir, pueden descontrolarse a nivel financiero, algún ingeniero puede empezar a crear servidores que valen cinco mil dólares al mes y si no tengo alertas, puede salirse de control. Entonces la nube pública tiene responsabilidades y sobre todo si lo combino con una nube privada, tengo que estar pendiente de varios aspectos.

¿Qué tan caro es tener una nube privada?
Yo no hablaría de caro o barato. Todo tiene un valor y el valor depende de lo que te entregan de vuelta. La nube, en general, puede retribuirte un valor que construirlo en tus propios medios, en tu data center, sería muy costoso. Como ellos se valen de la economía de escala y de la especialización que tienen, pueden darnos tecnología de última generación, con el mayor avance posible que hay en el mercado.

Una nube pública o privada mal manejada puede salir muy cara. He visto casos de descontrol en el manejo de costos. También una mala gestión de los activos virtuales e informáticos, puede desperdiciar recursos. Entonces, al final es un tema de control y de aprovechar ese valor y explotar ese valor. El valor está ahí, pero él solo no funciona. Uno lo tiene que administrar.

¿Qué tan segura es la nube pública? ¿Realmente podemos confiar en que no se van a perder nuestros archivos?

Es tan segura como uno quiera o como uno la prepare. Escucho ese debate de que la nube es insegura porque no está en mi oficina y yo no sé quién lo administra, pero no se han dado cuenta de que muchos de los robos informáticos que se han dado en el último tiempo, sobre todo los más sonados, son de gente de adentro, gente que trabajaba físicamente en el lugar. La seguridad no depende del lugar al que pueden atacar. También pueden atacar a mi centro de datos grande. Entonces es relativo. Yo puedo tener un sitio privado dedicado a mí, muy seguro y puedo tener una nube pública muy segura. Mi respuesta corta es que depende de cómo lo armes, puede ser extremadamente segura o insegura en ambos sitios.

Claro, si le das la contraseña a muchas personas, cualquier cosa puede ser insegura…
Así es. La ventaja de la nube es que hay un grupo de expertos que trabajan por mí, me lo dan un precio al que yo nunca lo podría construir, es muy difícil para una empresa mediana o pequeña tener una tecnología de punta en su centro de datos. Yo creo que la nube te da muchas ventajas por el tipo de tecnología que brinda y por su innovación.

El Departamento de Defensa de los Estados Unidos corre en la nube pública, de hecho, muchas instituciones y gobiernos lo usan. No toda la gente lo sabe, pero su dinero ya está en la nube. Los bancos corren en la nube, mi tarjeta de crédito Visa y la tuya Mastercard es muy probable que ya estén en alguna nube, en algún lugar del mundo. Y nada más que no lo sabemos y no nos importa.

¿Podemos vivir sin la nube? He visto que muchas de las nuevas computadoras las venden con una memoria muy pequeña, porque ya nadie piensa guardar cosas en la computadora, cuando antes el atractivo era tener el disco duro más grande…

Creo que los hábitos del consumidor han cambiado. Cuando yo era joven recuerdo que me iba de vacaciones con dos rollos de 24 fotos y sentía que podía tomar todas las fotos del mundo. Ahora nos vamos de viaje y en tres horas ya tengo esa cantidad de fotos y las quiero guardar.
Y creo que, aunque le pongas 500 gigas o dos teras al disco duro de una notebook no te va a alcanzar. Eventualmente lo vas a llenar. Los servicios de nube ya son algo dado por hecho.

¿Se puede vivir sin la nube? Yo creo que sí, pero con una vida mucho menos conveniente. Siempre se puede vivir sin nube, pero creo que no sería tan cómodo.

¿Qué empresas necesitan una nube privada?
Alguna empresa que esté regida por una entidad, por ejemplo, hay países que restringen la ubicación geográfica de los datos, esa puede ser una razón. Otra puede ser temas de seguridad, hay información que simplemente no se desea colocar en la nube pública. De hecho, a veces yo he recomendado no subir datos a la nube, porque para su transmisión requiere ancho de banda. Por ejemplo, si soy una empresa de televisión, que maneja media, no es factible, imagínense subir 100 películas HD transitando todo el día hacia arriba, hacia abajo, el ancho de banda y los costos de transferencia serían tantos que de pronto podríamos considerar tener nuestro centro de datos en tierra. Son diversas razones que nos empujan a usar la nube privada. Control de acceso, seguridad o simplemente temas de comunicación.

 

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