Hace un año cuando los primeros casos de Covid-19 se registraron en Guatemala, la comunidad médica y farmacéutica advirtieron sobre los riesgos de ingerir medicamentos no prescritos.  La primera polémica fue en torno a la Ivermectina, la cual según el presidente Alejandro Giammattei “sustituye por mucho a la Vacuna –contra el Covid-19”.

Los científicos alertaron además contra el uso de productos que consideran aún más nocivos contra la salud como el dióxido de cloro, el cual, según los doctores, erráticamente se promovió como curativo contra el virus.

En Ildefonso, Huehuetenango, a 292 kilómetros de la capital, una comunidad indígena de 35 mil habitantes, propagan el uso del dióxido de cloro de tal forma que la población lo usa hasta este día.

ConCriterio realizó llamadas al azar con algunas farmacias y el producto no se vende. No obstante, en el mercado en línea sí es comercializado así responde una persona de MMS Guatemala, que promociona el producto en su página de internet como “Desinfectante para tu salud”.

“Nuestro Dióxido de Cloro es ultra puro 99.9%. Tenemos un estudio que previene y cura al 100% -Covid 19 – pero no solo eso, también cáncer, reumatismo y muchas otras enfermedades, ¿y aquí en Guatemala está autorizado? No esto no está autorizado en ninguna parte del mundo, solo en Bolivia”.

MMS Guatemala vende en línea el producto pero advierte que no se responsabilizan por los efectos.

Renan Escobar, un hombre de 62 años, propietario de una agencia de seguros, inició a ingerirlo cuando acudió a un centro de medicina alternativa. Este hombre tiene cáncer de próstata y cree con el compuesto su salud ha mejorado:

“Ha cambiado mi vida completamente. Yo no podía dormir y ahora ya puedo descansar bien. Esa es una señal de que el cáncer está desapareciendo. Hay testimonios de personas que se han curado de cáncer en general. El cambio de mi vida se lo atribuyo a eso”

No obstante, su mejoría es percepción, pues aún no consulta a los oncólogos:

“Para saber, tengo de los antígenos”

Escobar gasta Q500 para 6 litros para uno o dos meses dependiendo del uso.

Son dos componentes los que se mezclan: uno es el clorito de sodio al 28%; y el otro, el ácido clorhídrico al 4%. Y solo estoy tomando 30 -mililitros- diarios, 10 en la mañana, 10 al medio día y 10 en tarde.

Foto cortesía: fórmula preparada por Renan Escobar.

Este agente de seguros tiene 5 hijos, todos profesionales universitarios quienes lo reprenden por usar el dióxido de cloro.

Raúl Villatoro es profesor de primaria, tiene 37 años, y vive en la misma comunidad desde pequeño. También consume este compuesto desde que un familiar en EE. UU lo recomendó:

Yo lo estoy tomando para prevención del Covid, hay testimonio de personas que se han curado de la enfermedad. Yo a moverlo para ver cómo conseguirlo y mi tío me dijo que lo preparara yo, porque no está autorizado. Entonces mi tío de EE. UU me dijo “buscá las dos fórmulas y prepáralo vos” y empecé a investigar.

En su casa todos usan el producto. Él compra el compuesto con un vecino que lo trae desde México.

La mezcla no se toma, se prepara como en un baño María y el gas que despide eso es lo que se impregna en el agua y eso es lo que uno toma. No me da miedo porque ya el tío lo estaba tomando y no le pasó nada.

Pablo Oliva, decano de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC):

El dióxido de cloro ni siquiera es un medicamento, es un desinfectante de superficies y piscinas, no es para consumo humano. No se ha demostrado que tenga efectos beneficiosos, no solo para el Covid, para nada más.

Ante la falta de evidencia científica Oliva reacciona sobre los testimonios:

El poder de la sugestión es fuerza y la esperanza y la fe en las cosas también. La emoción es poderosa, talvez por eso la persona cree que el cáncer no avanza.  Esto es peligroso porque se convierte en cloro tóxico en el estómago y a la larga puede causar daños al organismo.

El producto es de venta libre para uso industrial por tratarse de un compuesto para limpieza de superficies; no obstante, el Ministerio de Salud lo prohibió para tratamiento médico.