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El país de tus sueños
La mejor herencia para los hijos de nuestros hijos.  
Publicado el 13 Sep 2024

En el reino de las maravillas, Guatemala sería un paraíso bien conservado. Usted podría navegar por el río La Pasión, en el sur de Petén, en medio de un bosque en cada ribera del río, hogar de cientos de especies de aves y mamíferos de la zona que se moverían por ese corredor biológico a buen resguardo de los monocultivos pero sin necesariamente eliminarlos. Una convivencia productiva.

Decenas de pequeños hoteles y comedores atenderían a los turistas que llegan a visitar la cuenca rica en vestigios mayas y en diversidad ecológica. Piense en Sayaxché como el punto de partida de la aventura más desafiante que Centroamérica puede ofrecer, una ciudad bien trazada y urbanizada, con un museo de clase mundial que explica y refleja el desarrollo de la cultura maya  en la cuenca del río, la fascinante historia de rivalidad y alianzas entre sus ciudades y la forma en que esa población se desenvuelve hoy en busca de su mejor destino. ¿Usted ha estado en Aguateca? ¿Conoce la grieta que hacía inexpugnable a la ciudad y le permitía defenderse de sus enemigos? La Pasión y sus afluentes guardan algunos de los secretos mejor guardados del mundo maya.

Imagine una visita a Piedras Negras que le permita entender cómo floreció ahí la escultura hasta que uno de sus más depurados artistas pudo producir su obra maestra, el trono que hoy no valoramos lo suficiente.

Piense en ese gran cuerpo de agua, fuente de vida para todo el sur de Petén y para buena parte de México, porque sus aguas desembocan luego en el Golfo, bien conservado y protegido, con sus recursos de líquido y peces bien admnistrados. Sin vertidos tóxicos sobre él.

Piense en unos vecinos de Sayaxché y sus aldeas, viviendo en casas bonitas, sólidas y cómodas, con acceso a agua en cocinas y baños, con energía eléctrica y con buen manejo de su basura y con escuelas asequibles, con educación de calidad para los niños. Imagine un sistema de salud capaz de cubrir al universo entero de la población con servicios esenciales. Cada mujer gestante y cada niño menor de cinco años debidamente censado y monitoreado por médicos y enfermeras y nutricionistas que aseguran su desarrollo saludable. Adultos mayores con un ingreso que garantice su vida decorosa y atención de salud.

Piense en un país en el cual se pudiera transitar desde Champerico hasta a Sayaxché, por poner dos puntos hoy lejanísimos de nuestro territorio, en cosa de tres o cuatro horas por carreteras seguras y bien señalizadas. Sobre todo, carreteras viables que no obligan al conductor a detenerse a cada tanto.

Imagine que la prosperidad y el dinamismo en el sur de Petén no son muy distintos a los de ese otro municipio junto al Pacífico, que podría también convertirse en el extremo de un gran corredor turístico desde Quezaltenango hasta las aguas del Manchón Guamuchal. Un sitio junto al mar que podría ser la meca de la pesca deportiva en la región y una zona de desarrollo de manufactura cuya producción, lo mismo podría enviarse por ferrocarril al puerto Quetzal o por carretera a Tecún Umán.

Sueñe con un país en cual sus habitantes pueden alcanzar una buena vida sin abandonarlo, donde el idioma con el cual las madres hablan a sus hijos desde la cuna no excluyan a nadie de oportunidades básicas para desarrollarse en la vida.

Guatemala podría ser el país de nuestros sueños, con una burocracia de gran calidad que alcanza su puesto por mérito y lo conserva gracias a evaluaciones de buen rendimiento y capacitación constante.

Nuestro país podría ser próspero y moderno y la fuente de nuestra esperanza con un sistema de justicia confiable, con un Ministerio Público que no cobrara por alivianar los cargos de los corruptos mediante la colusión con jueces y magistrados más leales al robo de fondos públicos que a otro valor.

Debemos, podemos, permitirnos soñar en el país que queremos. Podemos aspirar a un país sin regiones olvidadas ni poblaciones excluidas. Sin avergonzarnos de lo que hemos construido, sin pueblos feos a golpe de desorden, pobreza y arbitrariedad.

Las vísperas de la fiesta de la patria es un buen momento para soñar y proponerse el cambio.

Feliz 15 de septiembre.

Juan Luis Font

33 años de hacer periodismo, reportear, conducir, fundar y dirigir medios.

Sobre Juan Luis Font

33 años de hacer periodismo, reportear, conducir, fundar y dirigir medios.