La baja inversión en los servicios de salud que caracterizan a Centroamérica se hizo evidente bajo la pandemia del Covid-19. A excepción de Costa Rica, que mostró un sistema sólido para atender la crisis. Hay una marcada diferencia: esta nación invierte 7.6% de su Producto Interno Bruto (PIB) en salud; mientras Guatemala, 2.08%.
Esta es una radiografía de del sistema de salud pública en el país:
50 hospitales:
Nacionales: 02
Regionales: 06
Especializados: 08
Departamentales: 15
Distritales: 15
Temporales: 04
Camas:
Total: 1867
Ocupadas: 1336
Disponibles: 764
212 Centros de Atención Permanentes (CAP)
Total camas: 997
En estos últimos se reportan camas tipo catre, camas de madera, camas clínicas.
Puestos de salud: 1 mil 165
- Necesidad del país: 5 mil puestos
- Faltan: 3 mil 835
Estos últimos centros no cuentan con médicos, sino son atendidos por enfermeros o auxiliares de enfermería. Lucrecia Hernández Mack, exministra de Salud y diputada del bloque Semilla comenta:
“El primer y segundo nivel de salud tiene un retraso de 45 años. En términos de cobertura atienden apenas 6.2 millones de personas que es la población que Guatemala tenía en los años 70. La brecha de puestos de salud es enorme, lo que tenemos son servicios de salud de primera y segunda atención muy precarios que podrían hacer un buen trabajo para promoción, detección y en el caso del coronavirus atención de casos leves”.
El paciente paga los costos
La factura se cobra en la salud de los guatemaltecos, cuenta Elfido Esquivel, un joven agricultor de 23 años de Zacualpa, Gualán, Zacapa a quien le preocupa especialmente la salud de sus papás que están en los 50 años:
“Aquí sufrimos con las enfermedades porque no hay medicamentos para dar, tenemos un centro de salud y las personas llegan, pero regresan igual a sus casas porque no hay medicamentos ni aparatos especiales”.
Un análisis técnico del Ministerio de Salud concluyó que el sistema guatemalteco está fundamentalmente respaldado por el gasto de bolsillo: los hogares financian con sus propios recursos y de forma directa el 52.2% del costo. Estas aportaciones incluyen un complemento a la atención en tratamientos institucional y adicionalmente comprar los medicamentos y el equipo médico de apoyo (muletas, sillas de ruedas, medidores, etc.).
Édwin Asturias, Director de la Comisión Presidencial Contra el Coronavirus, dijo que el Ministerio de Salud Necesita para 2021 un presupuesto de Q15 millardos.
Cristian Álvarez diputado de Creo dice que aumentar a Q15 millardo es insostenible y más bien sugiere:
Lo que habrá que hacer es asignarle presupuesto especial a los hospitales temporales que tendrán que quedarse si siguen los brotes.
Álvaro González Ricci, Ministro de Finanzas, dijo que conversó con Asturias y aclararon que es imposible destinar Q15 millardos a salud:
“Ahorita el presupuesto de Salud es de Q6 mil 53 millones –sin Covid-19- y les estamos poniendo Q8 mil 652 millones”.
¿Cuál es el destino del incremento?
“Salud preventiva, sueldos y salarios y fortalecer la atención del primer nivel”.
Primer nivel de salud a largo plazo
La diputada Hernández Mack señala que se necesita planificación estratégica y que el destino de los recursos para Salud esté claro. Se puede poner la primera piedra para alcanzar los 5 mil puestos de salud para atender las necesidades primarias:
“Esto implica todo un plan maestro: primero fortalecer los centros y puestos de salud que ya tenemos y luego iniciar la negociación con municipalidades para construir puestos de salud. Esto implica buscar inversión en infraestructura y de nada nos serviría si no tenemos médicos y enfermeros para la atención”
La ejecución actual del presupuesto ordinario es del 42%, otro aspecto que congresistas cuestionan sobre la intención de pedir más recursos.