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SEMILLAS transgénicas
No nos engañemos, o al menos no lo intenten conmigo, sean tan finos. Estamos hasta el tuétano de corrupción, incrustada en la mayor parte de los ciudadanos.
Publicado el 14 Jun 2024

Cuando el ministro de finanzas presentó el incremento presupuestario -que él denomina con malabares dialécticos “reajuste”-, nunca explicó lo que más tarde se supo: había negociado con dos diputados oficialistas -Samuel Pérez y Román Castellanos- conceder financiamiento extraordinario a CODEDES y Municipalidades por amigables votos de otros diputados en las distintas propuestas que se verán en el Congreso. Esto es lo que se ha hecho habitualmente -nada diferente ahora- aunque antes se criticaba por quienes ahora justifican lo justifican como “negociación” ¡Vaya caradura la de algunos!

Seguramente -no tengo duda de ello- no entregarán efectivo a los honorables, algo que tampoco antes se ha demostrado, aunque si lo denunciaron bajo un protector mando de irresponsabilidad otros diputados. Sin embargo, conceder más dinero a CODEDES y Munis es, en definitiva, entregar dinero a grupos mafiosos que son manejados justamente por alcaldes y diputados. Como SEMILLA solo tiene uno de los primeros y 23 de los otros, necesita untar, con ese noble lenguaje de la negociación política, a quienes no votarán a su favor si no cuentan con cantidades obscenas que puedan manejar a su antojo. Eso sí: ya la culpa no será del gobierno. Lo peor, encima, es que a la fecha la mayor parte de los CODEDES no han ejecutado nada o muy poco, así que el dinero extraordinario no tiene sentido porque no serán capaces de invertirlo noblemente y no es muy difícil suponer a qué se destinará.

Por otra parte, se publicó en estos pasados días una factura de adquisición de carne por parte de la SAAS, institución que además de dar seguridad presidencial, compraba mentitas, flores y bebidas espirituosas al presidente Morales y que durante la administración pasada también dio cuenta de suntuosas compras, y no fue disuelta como prometió Giammattei Ahora adquiere finas carnes a precio triple del mercado sin que se inmute gran parte de los medios nacionales y, evidentemente, con perdón ciudadano de tales desmanes. De nuevo la hipocresía social, manchada siempre de una corruptela moral que impide ver la viga en el ojo propio, aunque si en el ajeno.

No nos engañemos, o al menos no lo intenten conmigo, sean tan finos. Estamos hasta el tuétano de corrupción, incrustada en la mayor parte de los ciudadanos, que les molesta la de otros pero no la propia, o de los amigos. Somos una sociedad DOBLE MORAL E HIPÓCRITA -permítanme la mayúscula, porque tan grave es la acción -quienes delinque o actúan inmoralmente- como la omisión -quienes callan o justifican-. La realidad es que muchos, demasiados esperan, es su turno de hartarse, mientras critican lo mismo o muy parecido que hacen otros. Luego es muy sencillo: únicamente hay que decir que es diferente, y listos, aunque la mayoría no pasaría la prueba del polígrafo.

SEMILLA ha perfeccionado el sistema: nombra en puestos a amigos, saltándose la meritocracia o definiéndola a su gusto; contratan a hijos de, porque están “cualificados”, aunque no pasan la correspondiente oposición; pagan a un fotógrafo al mes lo que representa la subvención de 30 familias en el interior y 120 en el área urbana; se recetan lomito a precio triple que en el mercado, o negocian dinero público por votos, y todos ellos -y sus defensores- duermen tranquilos, en paz.

Si los cuestionas enseguida salen con el parcuandismo en su versión “antes lo hacía otro” o “no te oigo criticar lo que otro hace”, y se limpian la conciencia con papel húmedo para no dejar rastro ¿Y así queremos combatir la corrupción? No, el problema no son los políticos, el gran problema son los ciudadanos mayoritariamente acostumbrados a la corrupción que la practican en no importa que ámbito de la vida, pero que sutil e hipócritamente condenan la de otros. Cada uno quiere su tajada y sabe muy bien a lo que aspira, y desde luego no es a una sociedad justa e igual. La maldita corrupción alcanzó a la mayoría que no advierte de cómo se hunde en el barro y promueve una guerra de poder para ver quién se queda con el pastel.

El “pacto de corruptos” ha crecido, y es demasiado extenso.

www.miradorprensa@gmail.com 

Pedro Trujillo
Pedro Trujillo

Socio fundador de ConCriterio, S.A., empresa de generación de contenidos periodísticos. Profesor universitario y conductor de radio y TV

Sobre Pedro Trujillo

Socio fundador de ConCriterio, S.A., empresa de generación de contenidos periodísticos. Profesor universitario y conductor de radio y TV