Es la madre de todos las acusaciones. Al seguir las pistas del dinero de los encartados en el Caso La Línea, los investigadores descubrieron empresas de cartón que develaron, en resumen, la forma como empresas constructores, telefónicas, bancos, televisión abierta financiaron al Partido Patriota. Y cómo ese financiamiento rindió frutos durante la administración de Otto Pérez Molina: muchos de los financistas vieron el retorno de su inversión en resoluciones irregulares que favorecieron sus intereses comerciales. En la misma acusación se encuentra un grupo de exministros del gobierno del Partido Patriota (PP) a quienes se acusa de, cada diciembre previo al cumpleaños del expresidente, entregar sumas millonarias para comprar regalos al exmandatario. El dinero se operó en transacciones ilegales.