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Sandra Aparicio, fue nombrada el fin de semana como nueva ministra de Salud, en sustitución de Óscar Cordón y para ayer lunes ya acumulaba tres citaciones al Congreso de la República, por diputados de VAMOS, CABAL y VALOR. Su antecesor, quien dejó el cargo por una crisis aguda de asma, acumuló 124 citatorios de congresistas e iba rumbo a protagonizar una de las tres interpelaciones a integrantes del gabinete que arrancarán el próximo 25 de junio.
Los ministros que serán llevados a juicio político son: Francisco Jiménez, por la ola de criminalidad; Carlos Martínez, por el voto de Guatemala en la Asamblea de Naciones Unidas a favor de la integración de Palestina a ese foro. 12 de los 16 bloques parlamentarios promueven este cuestionamiento como una muestra de apoyo a Israel. Y la tercera interpelación era para el ministro Cordón, y ahora presumiblemente deberá ser asumida por Aparicio, su sustituta, ya que se interpela a quien ocupa cargo, según sostienen los congresistas.
Carlos Soto Menegazzo, ministro de Salud en la administración de Jimmy Morales, asegura que no volvería a ocupar un puesto como titular de la cartera. En 30 meses de gestión recibió alrededor de 3 mil 500 solicitudes para acudir al Congreso y enfrentó cinco solicitudes de interpelación. Con las cartas de citatorios levantó un altar en su despacho y tapizó las paredes. Él define de la siguiente manera estas citaciones:
“Son una forma de extorsión. Lo tienen a uno bajo juramento y lo amenazan con que si no obedece lo procesarán por perjurio. Lo tratan a uno como les da la gana, le gritan; sí a uno lo citan debe ser por algo importante. Cuando era ministro tapicé las paredes -desde mi despacho, hasta la entrada del cuarto nivel – con las citaciones que nos mandaban, posteriormente nos dijeron que podíamos mandar a los viceministros, pero sí se interrumpe el trabajo y muchas veces las citaciones no sirven para nada, hay diputados que lo que quieren es conseguir algo.
Soto Menegazzo, asegura que como la cartera tiene un sistema de compras descentralizado con casi 100 unidades ejecutoras, los diputados que lo citaban pretendían algo más: Lo que les gusta son las plazas, había una diputada de Puerto Barrios que “nos citaba 30 mil veces, porque quería 50 plazas”. Hay un diputado disidente de la UNE, que se hace el puritano y era uno de los que más cosas pedía, ¿es Inés Castillo?, sí. Ellos siempre buscan algo.
El diputado Castillo, responde al exministro: que presente las pruebas, dónde está la prueba de la extorsión.
Castillo señala que los diputados se ven obligados a recurrir a la facultad constitucional que tienen para citar e interpelar al ministro debido a que según él a los funcionarios no les gusta rendir cuentas.
Desgraciadamente los ministros no contestan la llamada, como no responde el diputado se ve uno obligado a citarlo para que rinda cuentas. Yo creo que lo que le falta al Ejecutivo, es capacidad política para tener comunicación con el Congreso, hay cosas que por teléfono se pueden arreglar y aclarar y no hay ningún problema.
Anabella Giracca, es otra de las ministras del gabinete de Bernardo Arévalo que acumula 157 citaciones de 13 de los 16 bloques y 11 comisiones legislativas de trabajo. Los principales temas: administrativos, financieros y presupuestarias.
En Legislaturas anteriores, los diputados de la bancada oficial pueden proteger a los ministros citándolos también. Pero en este periodo, en el cual se ha castigado al partido Semilla con una acusación bajo el régimen de criminalidad organizada, se le impide tomar acciones como esas.
Fernando Bon, integrante de Alianza para un Congreso Eficiente, señala que la interpelación es un buen mecanismo de contra peso, pero se ha desvirtuado:
Se ha utilizado como un medio de presión al Ejecutivo, para obtener beneficios o retrasar ambas agendas, la del Ejecutivo y Legislativo, porque ambas se ven entorpecidas.
De acuerdo con el informe de esta Alianza, en la pasada legislatura se agendaron 18 interpelaciones y solo una se concluyó, cinco fueron retiradas, tres quedaron sin efecto y las nuevas no alcanzaron a iniciar. De las 18 interpelaciones la bancada Semilla, solo participó en una, cuando se solicitó el juicio político a Gendri Reyes, entonces ministro de Gobernación. El pleno protegió a Reyes y no permitió el voto de falta de confianza en su contra. El representante de Alianza para un Congreso Eficiente, nota un cambio de la anterior legislatura a la actual: no eran tan intensas, no había gran cantidad de citaciones como las que estamos viendo hoy.
El 25 de este mes se verá si hay un cambio en las dinámicas de interpelaciones como ocurría en la anterior legislatura cuando los jueves -día designado para estas- el quórum no era insuficiente o si por el contrario ahora sí, los juicios en el Congreso avanzan.