Un año después de la toma de posesión de Alejandro Giammattei, ConCriterio sale a indagar qué ha cambiado en tres grandes áreas de la vida de los guatemaltecos: salud, educación e infraestructura.
Aldo García, ex Ministro de Comunicaciones, evaluó el impacto en infraestructura:
“El acierto es darles continuidad a las obras de arrastre porque eso es importante, no dejar las obras a medias. Ese es el error de nuestro país del pasado. Hay proyectos del Agatha que son de arrastre ya se hizo la inversión y no se termina.”
Pero en la balanza, para García, las desventajas pesan más:
“En el caso de los proyectos que ellos mencionan de reactivación económica, que son aproximadamente 5. Eso no se va a poder realizar, aunque ellos lo hayan mencionado, porque no tiene estudios y no se pueden realizar o ejecutar proyectos de infraestructura si los estudios no están previamente. ¿Qué van a hacer con ese dinero? Seguro lo van a redireccionar para otras cosas. Por ejemplo, el puente Belice II. En esa área ya todo está urbanizado, entonces, tienen que expropiar tierras para poder realizar el proyecto. Si ni siquiera tienen estudios, ese proyecto con el presupuesto del año 2021 no se podría realizar, por lo tanto, es una mentira. Así como ese, están el resto de proyectos de reactivación económica, los 5, para los cuales el presupuesto 2021 había solicitado más o menos unos 3 mil millones adicionales.”
Sumado a la ausencia de planificación, García señala que varios funcionarios no son aptos para la función que asumieron: entre ellos el exdirector de Caminos, Fredy Chojolán y el director de Covial, Mario Aguilar, ambos cuestionados por conflictos de interés y mal manejo de fondos.
En Educación, Verónica Spross, directora ejecutiva de Empresarios por la Educación, aplaude la continuidad del programa de la alimentación escolar, pero señala la deficiencia para implementar la conectividad en el sector oficial. Además agrega:
“En cuanto a la infraestructura escolar, hay cerca de 10 mil escuelas que no cuentan con las condiciones de agua y saneamiento, según el BID, entonces, esto es algo que hay que preparar para un modelo híbrido y un eventual retorno a la escuela. Hay vacíos en el aprendizaje en el año 2020 y habrá que abordarlos porque las áreas curriculares se priorizaron, pero se considera que no se lograron todas las competencias y destrezas. Por tanto, se necesita un plan de nivelación.”
Karin Slowing, exdirectora de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, reconoce el enorme reto que supone la pandemia, pero no puede obviar que se cerró el acceso a servicios de salud no covid, como las enfermedades renales y el control de crecimiento y desarrollo de los niños:
“Empezó el gobierno con una intención de llegar a controlar la epidemia, pero sin las capacidades técnicas en la cabeza ministerial para poder hacerlo. Se hizo un poquito de testeo, un poquito de rastreo, del cual no tenemos ni informe, se mejoraron un poquito los hospitales, se amplió un poco la capacidad… pero lo que hicieron fue insuficiente, tardío y con poca transparencia. Todo eso a mí me hace balancear de forma poco favorable el desempeño del gobierno en materia de salud y del manejo de la pandemia.”