Patitos feos entre ovejas negras
La dinámica social en la que estamos inmersos se refleja en las acciones públicas, y es precisamente lo que se ve tanto en el sector justicia como en el legislativo.
Publicado el 16 May 2025

El relativismo moral, pero también el cinismo social, ha estandarizado ciertos comportamientos que, por interés, se han excluido de un proceder ético. De tal cuenta, la mayoría de las personas asocian la corrupción con el robo o la apropiación indebida de fondos o de cosas, nada más lejos de la realidad.

El diccionario define corrupto como aquel “que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar”, y las dos últimas palabras parecieran haber sido sacadas de la definición nacional. Es por eso que quienes están pervertidos en su actuar o viciados no son considerados corruptos. Tal mutilación conceptual genera y promueve formar de actuar corruptas que no son percibidas como tales. De ahí el comportamiento en el tráfico, la inclusión de las declaraciones mensuales de facturas para desgravar, la inobservancia de los semáforos en rojos, los altos o las direcciones de las vías o las filas que parecieran no existir para muchos, como algunos ejemplos. Lo anterior, y otras prácticas viciadas pero y observadas por la mayoría, no dejan de ser, precisamente, perversiones o vicios que damos por buenos y no descalificamos. Hemos reducido la corrupción a quienes se apoderan de fondos, en una suerte de limpiar nuestros propios comportamientos que excluimos de un concepto muchos más amplio.

Ese comportamiento descalificado, se normaliza y extiende en el sector público a una velocidad inimaginable. Para ingresar en tal o cual puesto del Estado no es necesario estar preparado, sino contar con alguien que te apadrine. Los contratos a amigos o parientes, además de amantes y novios, están a la orden del día y, en este gobierno que se preciaba justamente de no ser así, es donde más contratados a dedo hay desde 2021, tal y como publicó el medio Soy502. Y no es que estos que ahora gobiernan sean “malos” o peores que los otros, es que cuentan con idénticos niveles de comprensión conceptual, porque viven (vivimos) en esa burbuja en el que no está mal lo que hacemos -eso está aceptado- sino lo que hacen los demás. Un ego enfermizo que sacude las culpas al tiempo que las endilga al vecino.

La dinámica social en la que estamos inmersos se refleja en las acciones públicas ,y es precisamente lo que se ve tanto en el sector justicia como en el legislativo. Nos pretenden vender que en el Congreso hay una lucha de malos contra buenos, pero no es así. Ocurre como en la vida regular. Lo que realmente hay es una lucha por el poder para hacer y deshacer al antojo de los grupos de presión que lideran, de un lado el clásico Allan Rodríguez, y del otro Luis Aguirre “el innovador”. Los dos se disputan ser operadores políticos para el futuro, especialmente después de haber comprobado como por, al menos dos legislaturas, Felipe Alejos y Allan Rodríguez han decantado el legislativo a su favor en los gobiernos de Morales y Giammatei, con el rédito económico correspondiente.

En el fondo, a pesar de que no somos nada autocríticos, es una lucha de un montón de ovejas negras con una serie de patitos feos alrededor, que conformamos el resto de la sociedad. Apoyaran a unos u otros en función de la tajada que saque cada grupo: sindicalistas, asociaciones, organizaciones, ONGS.., y un sin número de depredadores alrededor de aquellos que reparte a discreción, con el dinero de los demás, becas, subvenciones, ayudas, fondos, etc.

Nos hemos corrompido a tal grado que ya no vemos la corrupción elemental porque estamos a un nivel muy superior en el que todo aquello que no sea apropiarse de decenas de millones pareciera ser que no importa porque hemos asimilado la podredumbre. Será muy difícil salir de ahí porque hay que educar a varias generaciones, y reeducar a otras, y eso es prácticamente imposible. Seguiremos viviendo en el pillaje la chispudez y la astucia del que toma la iniciativa, y criticando a aquellos otros que superan el nivel de la delincuencia que nosotros mismos ejercemos sin advertirlo.

¡Vamos que hay poca solución!

miradorprensa@gmail.com

Pedro Trujillo
Pedro Trujillo

Socio fundador de ConCriterio, S.A., empresa de generación de contenidos periodísticos. Profesor universitario y conductor de radio y TV

Sobre <a href="https://concriterio.gt/author/ptrujillo/" target="_self">Pedro Trujillo</a>

Sobre Pedro Trujillo

Socio fundador de ConCriterio, S.A., empresa de generación de contenidos periodísticos. Profesor universitario y conductor de radio y TV