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La administración del presidente Bernardo Arévalo ha sorteado diversas crisis sociales, políticas y de seguridad: desde los entuertos del cierre de la petrolera Perenco, hasta las manifestaciones de los recolectores de basura que detuvieron la ciudad en oposición a la clasificación de desechos; la incursión de narcotraficantes mexicanos en Huehuetenango y San Marcos o el ataque al destacamento militar entre Nahulá e Ixtahucán.
La inteligencia falla, señalan los expertos.
La escena se repitió entre Nahualá e Ixtahucán: hombres con fusiles de asalto dejaron 13 víctimas. No es la primera vez, pero sí una de las más cruentas.
Carmen Rosa de León, analista en seguridad y exintegrante del Consejo Asesor de Seguridad, señala que el Gobierno reflejó una fractura en el sistema de inteligencia, herencia de los tres gobiernos anteriores: Una de las formas de destruir esa institucionalidad es precisamente que no haya comunicación entre las entidades que producen información. Y esto hace que no haya un análisis global ni estratégico y quizás ni siquiera se está estableciendo. Yo veo que incluso han dejado el Consejo en manos de militares retirados; como que la inteligencia fuera solo de determinado sector y, sobre todo, la inteligencia estratégica es la que debe alimentar al presidente.
Este reportero contactó a Otto Argueta, secretario de Inteligencia Estratégica (SIE), pero declinó opinar pues señaló que “no es correcto que tengan postura de lo que dice en la opinión pública.
Sandino Asturias, coordinador del Centro de Estudios de Guatemala, lamentó que la administración no valora la inteligencia para prevenir:
Es evidente que hace falta una articulación dentro de las inteligencias que hay en el país: nos hace falta el aparato de inteligencia policial porque cuando se creó la ley de la Policía Nacional Civil (PNC), los opositores dijeron que la PNC no puede tener inteligencia policial y la Corte de Constitucionalidad lo avaló. Además, hay falta de coordinación entre los propios servicios: la inteligencia civil tiene una responsabilidad y la inteligencia militar tiene intervención en la mayoría de temas que ocurren hoy; si la inteligencia militar no se coordina con las otras inteligencias y no está funcionando el Sistema Nacional de Inteligencia, entonces tenemos un problema, porque la respuesta del Estado debe se dentro de ese marco.
El Sistema Nacional de Inteligencia está integrado por SIE, inteligencia civil (Gobernación) e inteligencia militar (Defensa). El consejo Nacional de Seguridad, presidido por el presidente Arévalo, que si bien tiene reuniones periódicas, los expertos creen que es débil. El secretario técnico del Consejo es Ismael Cifuentes, un militar retirado, el hombre que el 16 de octubre apareció junto con Arévalo en una conferencia donde el presidente admitió la fuga de 20 pandilleros. Carmen Rosa de León:
“Otto Pérez delegó estas funciones en sus asesores militares que tenía alrededor. Y vemos con preocupación que han seguido; no necesariamente alguien por ser militar va a tener la visión de inteligencia. Por eso se busca el balance con alguien que provenga de la policía y que tenga una visión diferente de lo que pueda hacer afectar a la ciudadanía”.
La experta recrimina: “los gobiernos anteriores lo que sí hicieron fue utilizar la inteligencia como no se debe utilizar, porque realmente las convirtieron en inteligencias para perseguir a opositores políticos. El primer principio a nivel de normas de inteligencia es que jamás la inteligencia puede servir para atacar a una persona por sus ideas, por su actividad política o por su propia actuación; sino que debe ser por algo que afecta al Estado”.

