Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala ha suspendido dos veces su visita a Washington D.C., Estados Unidos, por los embates del Ministerio Público (MP); la primera fue durante la campaña de segunda vuelta, cuando se alertó sobre posibles órdenes de captura contra integrantes del Movimiento Semilla. Este lunes 2 de octubre tenía previsto viajar de nuevo a Estados Unidos, pero debió suspender su gira por las acciones del MP, que secuestró las actas electorales el viernes y sábado.
Arévalo retomará su agenda en Estados Unidos, mañana martes; embajadores guatemaltecos y estadounidenses afirman que EE.UU. tiene interés y confianza en el mandatario electo. Tanto que según el excanciller Édgar Gutiérrez, Washington vino a buscarlo y no al revés. El interés, afirma el excanciller, radica en que “por fin el presidente Joe Biden, tendrá un interlocutor fiable en Centroamérica”.
Francisco Villagrán De León, exembajador de Guatemala ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), identifica una deferencia inusual:
“No es común que vengan presidentes electos. Vienen jefes de Estado, pero esto no suele ocurrir; además, no los reciben a un nivel alto; el gobierno de EE.UU. no tienen la práctica de darles un trato equivalente al de un presidente, pero el caso de Arévalo es diferente”.
¿Por qué resulta relevante la visita de Arévalo a Washington? Stephen McFarland, exembajador de EE.UU. en Guatemala:
Podría llevar a cabo un proyecto de regreso a la democracia, mayor transparencia en la conducta del Estado; y segundo, es un presidente electo que las fuerzas oscuras de Guatemala y no tan oscuras como el Ministerio Público (MP) están tratando de arrebatarle su victoria y eso hace que para Washington sea una visita importante”.
McFarland cree que Arévalo lleva ventaja por su experiencia diplomática por 16 años, fue viceministro de Relaciones Exteriores, embajador de Guatemala en España, secretario y cónsul en Isael, entre otros cargos.
Quizá presentarse con personas que tienen más vínculos con la oposición -Partido Republicano- y por otro lado, profundizar sobre las relaciones existentes.
McFarland dice que la lucha contra las drogas, la corrupción y reducir el flujo migratorio trascienden gobiernos “lo importante es que habrá un presidente que está interesado en mejorar esas situaciones y proponer espacios de cooperación que pueden dar resultados”.
El Índice de Percepción de Corrupción ubica a Guatemala en la posición 150 de 180 países evaluados. El ministerio de Relaciones Exteriores estima que en la Unión Americana hay 3 millones de guatemaltecos; el Instituto de Políticas Migratorias apunta en que en la última década las migraciones de este país hacia EE. UU crecieron en 43%.
Los migrantes tienen grandes expectativas y quieren hacer incidencia en su lugar de origen. Rodulfo Santizo, quetzalteco de 64 años y 22 de vivir en aquel país y presidente de la Asociación Primaveral, con sede en Washington:
Estamos impulsando el proyecto de Comunidades Espejo, formando cooperativas para posicionarlas como entes rectores del municipio y desarrollar con capital migrante a través de los familiares, con una planificación estratégica por municipio de origen; porque como no hemos tenido respuesta del Ejecutivo, tenemos que buscar nuestro propio desarrollo.
Las remesas representan el 18% del Producto Interno Bruto (PIB): por ejemplo, crear el Banco del Migrante, en donde tengamos participación como socios activos, promover una nueva metodología de envío de remesas, para beneficio de los municipios con mayor migración.
Un grupo que no pasa desapercibido en DC y cuya celebración a raiz de la victoria de Arévalo generó noticias internacionales es el de los funcionarios de justicia a quienes el sistema obligó a salir del país. A la fecha suman 35 exiliados. El juez Carlos Ruano fue el último en dejar el país. Arévalo anunció que serían sus asesores. Pero hay sectores que adversan la promesa. El excanciller Gutiérrez dice que el presidente tendrá que buscar el equilibrio y el embajador Villagrán: El presidente electo ha dicho que quisiera que regresaran, pero eso lleva sus fases judiciales; por lo menos lo que no habrá es un gobierno hostil hacia ellos y a facilitar a su regreso.