¡Descanse en paz! La frase pierde valor en el Cementerio General de la zona 3 de esta capital. Hay denuncias que alborotan la tranquilidad del camposanto. Los propietarios reportan robos, saqueos e incluso profanaciones.
Una denuncia en redes sociales hace 7 días alertó que un mausoleo familiar era desmantelado: “No hay nada que la inseguridad de este país deje de sorprenderme. ¡Pareciera que vivimos en el mismo infierno! Estén pendientes de sus muertitos” Sentenció la usuaria Diana de León en Twitter.
Quiero hacer una denuncia pública.
Hace muchos años la familia materna de mi papá adquirió un mausoleo de una gran extensión dentro del cementerio general de la ciudad de Guatemala.
El mausoleo contaba con características como piso de mármol auténtico, lápidas de marmol,
— Deieu (@dianidiani_) January 6, 2023
ConCriterio contactó a esta familia y Gladys Montalván, encargada del mausoleo de la familia Sagastume Pérez, expuso:
Por unas ventanitas que teníamos en la parte de atrás se entraron la primera vez y nos robaron las lápidas de mármol. Yo mandé a cerrar con cemento para que ya no hubiera ventanas, mandamos a hacer de nuevo las lápidas y ahora nos rompieron la puerta de adelante y saquearon todo. La última que nos hicieron fue que saquearon las tumbas, sacaron las cajas y dejaron los huesos tirados en cada uno de los nichos: fue una profanación. ¡No tienen respeto ni por la vida, mucho menos por la muerte!
Mausoleo de la Familia Sagastume Pérez visto desde afuera.
Rafael Chiríz, administrador del cementerio, sabe de ciertos robos y los atribuye a personas que entran al lugar por puntos ciegos. Hay tres colonias, explica, que colindan con el camposanto y no hay muros para cercar:
Por ahí tenemos ingresos y egresos de todas las personas desconocidas que van alrededor del relleno sanitario y creemos que son ellos los que se están llevando algunas puertas y ventanas.
El panteón de la familia Sagastume Pérez mide unos 14 metros de frente por unos 7 de fondo. Este reportero visitó las tumbas: sus paredes de mármol verde y letras de bronce identifican a los propietarios. Las cerraduras fueron forzadas y ahora queda libre el ingreso. Hay 50 nichos, de los cuales 17 están ocupados. Ninguno tiene lápida, solo hay una placa grande tirada en el suelo con el nombre de Ernestina Pérez de Sagastume, quien murió en 1964. En la construcción queda un espacio libre del tamaño de una habitación para una persona. Montalván:
Como es muy grande, ahí adentro ya hicieron casa unos malhechores, seguro los que han saqueado. Los señores que han ido a arreglar les han pedido que por favor se salgan.
Las lápidas fueron robadas asegura la familia.
Chiríz confirmó también el uso de las propiedades:
Se han dado casos en que algunos trabajadores independientes han utilizado estos mausoleos como propiedad privada -como bodegas-, pero señalan que tienen autorización de los dueños. Estamos pidiendo que por escrito nos muestren las autorizaciones para permitir que se queden ahí.
El Cementerio General consta de 26 manzanas y cuenta con 21 agentes de seguridad privada divididos en grupos de 7 policías para cada 24 horas. Entre los planes en marcha pretenden instalar cámaras de seguridad y muros.
Un trabajador de limpieza confirmó cuales son los robos más frecuentes: “Las lápidas” ¿y a cómo las pueden vender? Lo más que les dan son Q30. Al momento de la entrevista pasaron observando algunas personas y el caballero, que pide omitir su nombre, dijo a este reportero que era preferible retirarse. Al consultar sobre quiénes saquean, declinó de continuar con la entrevista.
La mayoría de mausoleos tienen cadenas y candados para evitar robos.
La inseguridad se percibe, hay mausoleos con vidrios rotos y lápidas arrancadas. Todas las puertas tienen cadenas y candados. Juana Orantes, de 88 años, llegó esta mañana de enero a adornar la tumba de una familiar: se robaron el Cristo de la lápida. Angie Delgado, de 35 años: hoy sí el cementerio está que da miedo.
El cementerio General comparte presupuesto de Q24 millones con tres panteones más de la capital, pero el 70% es para pago de salarios. Acá hay unos 31 mil nichos.
Las autoridades han pedido refuerzos al Ejército para proteger el área, pues hubo una temporada en que los visitantes eran asaltados.