fbpx
Chupel: un camino construido por los propios vecinos y remesas de migrantes en EE.UU
En San Miguel Chicaj, los residentes del caserío Chupel, enfrentando la ausencia de ayuda gubernamental, abrieron su propio camino con palas y piochas, respaldados por remesas de migrantes y colaboración comunitaria.
Publicado el 08 Ene 2024

Chupel: un camino construido por los propios vecinos y remesas de migrantes en EE.UU

En San Miguel Chicaj, los residentes del caserío Chupel, enfrentando la ausencia de ayuda gubernamental, abrieron su propio camino con palas y piochas, respaldados por remesas de migrantes y colaboración comunitaria.

Hay que recorrer 196  kilómetros desde la capital para llegar al caserío Chupel en el municipio de San Miguel Chicaj, en Baja Verapaz. En ese viaje hay 17 kilómetros de camino abierto por los propios vecinos y las remesas de migrantes que trabajan en Estados Unidos. 

Baudilio García fue uno de los donantes: tiene 45 años y desde 2013 reside en Annandele, Virginia, donde restaura muebles de madera: siempre escuchábamos sobre la gente que caminaba casi seis horas solo para ir a hacer un mandado. Incluso algunos pedían posada en las casas cercanas antes de seguir con su trayecto” 

En Chupel viven unas 486 personas, agricultores principalmente. Para movilizarse, antes de 2019, los lugareños debían caminar, pues el transporte no llegaba. 

Los vecinos solicitaron a la municipalidad una carretera durante 20 años. Adán Ixtecoc, fue alcalde de Chicaj entre 2012 y 2020 y, según él, la disponibilidad de fondos y la topografía dificultaron la obra: “Es una comunidad alejada y el terreno es difícil de trabajar, el momento de mi gestión los fondos eran limitados”.   

Manuel de León, de 43 años, y residente del área: “No podíamos seguir esperando” Este vecino empezó una campaña para recaudar fondos en redes sociales: “tengo muchos seguidores que son migrantes a quienes les gusta ver fotografías del municipio y que se mantienen conectados a través de estas páginas de Facebook. Fue así como empezamos a contar la historia de Chupel”.   

 

El 60% de lo recaudado provino de 463 migrantes en Virginia, Nevada, Massachusetts, en Estados Unidos, y también desde México. Sus aportes sumaron US$30 mil, usados para rentar maquinaria y comprar materiales para los 17 kilómetros de terracería que ahora conectan Chupel con el caserío Buena Vista, con acceso a otras carreteras. 

García, desde Annandale: me conmovió ver a mi gente con sus piochas y palas, ellos trabajando en busca de su desarrollo y el Gobierno que no hace nada por ayudarlos. Muchos de los migrantes de aquí nos identificamos con ellos y quisimos ayudar”. 

Cuando Fernando Calate Cuquej asumió como alcalde de Chicaj en 2019, los vecinos ya habían empezado:¿Por qué no se esperaron un poco más? Cuando yo me acerqué, habían abierto una brecha porque eso no era un camino, era una brecha, y nosotros tuvimos que poner la maquinaria para terminar”.   

Hubo falta de coordinación entre comuna y vecinos, dice: “ellos comenzaron el proyecto, pero nosotros teníamos que evaluar y realizar un estudio para establecer un presupuesto y rendir cuentas.” En 2020, la municipalidad invirtió Q1.9 millones para ampliar y mejorar el acceso a Chupel. El alcalde ganó la reelección con un el comité cívico El Sembrador.

Ezequiel Sis tiene 20 años, es maestro de nivel medio en el área, y nos cuenta que ahora los residentes mantienen el paso cuando llueve: Aquí ya no esperamos que nos manden máquinas, tomamos piocha y pala y nos vamos a trabajar porque tenemos que cuidar nuestro camino”.   

Ahora los chupelenses toman moto o incluso un picop de viajes colectivos para llegar al municipio. Aquel largo trayecto de horas, hoy toma solo 45 minutos. Aunque De León apunta a la realidad: “Nos queda mucho por hacer para mejorar nuestra comunidad, lo triste es que nuestros migrantes nos ayudaron a construir el camino por el que se irán los próximos… los jóvenes ya no quieren quedarse aquí”.  

 

Grethel Díaz