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Cigarros electrónicos: un dispositivo disfrazado para consumir nicotina y drogas
Son mercadeados para atraer a los adolescentes por sus colores, sabores y perfumados olores, los vapeadores o cigarros electrónicos dejaron de ser un mercado único para adultos que intentan dejar el cigarro tradicional y se convirtieron en un “atractivo” o “moda peligrosa” para los jóvenes, que por medio de estos dispositivos consumen nicotina y estupefacientes.  […]
Publicado el 15 Jul 2022

Cigarros electrónicos: un dispositivo disfrazado para consumir nicotina y drogas

Son mercadeados para atraer a los adolescentes por sus colores, sabores y perfumados olores, los vapeadores o cigarros electrónicos dejaron de ser un mercado único para adultos que intentan dejar el cigarro tradicional y se convirtieron en un “atractivo” o “moda peligrosa” para los jóvenes, que por medio de estos dispositivos consumen nicotina y estupefacientes. 

El término vapear proviene de usar dispositivos de distintas clases que funcionan con baterías, los cuales se recargan con un líquido que, al calentarse con una resistencia interna, emana un vapor que se puede inhalar. Este  puede contener nicotina, saborizantes, marihuana, aceite de hachís entre otras sustancias.

En 2019 un equipo de epidemiólogos estudiaron el mercado y determinaron que en Guatemala el uso de cigarrillos electrónicos aumenta. La muestra se efectuó con 2 mil 38 estudiantes de 13 y 18 años en la secundaria de ocho colegios privados de la capital. Un 52% de los encuestados fueron hombres y 48% mujeres. El informe reveló que la atención de los encuestados se fijó en los cigarrillos electrónicos y los perciben como menos dañinos que los cigarros convencionales por tener opciones de sabores.

Joaquín Barnoya, epidemiólogo que participó en la encuesta:

«En la encuesta del 2019 se evidenció que el 30 por ciento de los adolescentes de la muestra estaban usando cigarrillos electrónicos, el 10 por ciento estaba fumando, el cuatro por ciento fumaba marihuana y el 47 consumía alcohol».

En 2020 en plena pandemia se efectuó otro estudio que demostró que la prevalencia del tabaquismo con cigarros tradicionales y electrónicos bajó en un 3%. Sin embargo, nuevos informes pueden revelar lo contrario.

«Hemos hecho otra encuesta post-pandemia, cuando los colegios regresaron a la actividad presencial, y estamos analizando los datos, pero nuestra hipótesis es que volvió a subir el consumo, como es un producto que no está regulado, es muy difícil seguirle la pista: están los que se consiguen en el automarket, en línea y los que cualquiera le puede vender, como algunos son recargables de líquido le pueden agregar marihuana y todo lo que quiera».

En Guatemala un cigarrillo electrónico tiene un costo de entre Q195 y Q800 de distintas marcas.

Los vapeadores tomaron auge como una alternativa para dejar de fumar el tabaco convencional en los años 2,000, aunque según Barnoya eso no está comprobado científicamente. 

Juan Carlos Morales, director de prevención de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas (Seccatid), asegura que, si bien es un mecanismo adoptado para eliminar la necesidad de fumar tabaco, debe tener un acompañamiento clínico porque se debe bajar paulatinamente el nivel de nicotina en los vapeadores hasta eliminarla por completo.

«Pero en Guatemala se nos va de las manos porque los vapeadores se venden a mano libre desde hace un tiempo. En los centros comerciales se puede adquirir en una máquina dispensadora y no hay alguien de por medio que impida que un menor de edad tenga acceso a eso. El nuevo mercado es de adolescentes que lo hacen por moda».

Morales nos dice que en Guatemala la edad en que se prueba un cigarro por primera vez está entre los 13 y 15 años. También advierte que los vaporizadores están fabricados con plásticos y metales como níquel y estaño que al calentarse ingresan al cuerpo por medio del humo y provocan daños  en las vías respiratorias 

Estudios científicos efectuados en varios países también advierten que lo que emana de un cigarro electrónico es un aerosol que afecta el aparato cardiovascular, mientras que el líquido sobrecalentado del dispositivo puede causar cáncer.

José Manuel Patzán