Los vecinos del complejo de vivienda Parque Mateo,ubicado en zona 7 fueron fuente de comentarios en redes sociales a raíz que denunciaron distintos problemas que sufrieron en sus apartamentos desde que habitaron el edificio en enero. Las fotografías de cómo, después de la lluvia, ventanas y sótanos sufrieron filtración de agua, se hicieron virales.También denunciaron elevadores con problemas técnicos, y agua que cae de los grifos en mal estado.
Los vecinos demandan soluciones a la desarrolladora Spectrum. Y esta ha comunicado que cambiarán las ventanas de las 160 viviendas del edificio completo.
Esta es apenas una muestra de los problemas que pueden surgir entre compradores y constructores de bienes inmuebles en Guatemala. A pesar de que la municipalidad capitalina es donde existen más normativas y exigencias para conceder licencias de construcción: desde estudios de suelos, de agua, diseños estructurales hasta bitácora de construcción para entregar el permiso de habitabilidad.
Aunque dicho control se circunscribe a las 24 zonas de la capital. Fuera de esos límites, la garantía de edificaciones seguras está echada la suerte de lugar donde se erijan. Leonel Alarcon, miembro de la Asociación Centroamericana para la Vivienda (ACENVI):
Cada administración municipal es completamente independiente y autónoma en la administración de su territorio. Entonces encuentra unos pocos ejemplos de administraciones que han avanzado un poco más. Las va encontrando, pero yo me atrevería a decirle que son excepcionales, que no es la norma.
Alarcon resalta que los municipios que cuentan con un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) ejercen mayor control. De los 340 municipios en todo el país solo tres tienen un POT vigente: la capital, Xela y Salcajá, esto según la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN)
En Guatemala existen normas creadas por la Asociación Guatemalteca de Ingeniería Estructural y Sísmica (AGIES) para velar por la seguridad de las viviendas y edificaciones, pero estás no son impositivas y no todas las municipalidades las ejecutan.
Por eso no existe una supervisión estricta en los procesos de construcción en municipios fuera de la capital.
José Antonio Rodas, ingeniero civil y presidente de AGIES, explica que las reglas están actualizadas. Pero en Guatemala, el principal problema radica es la construcción informal:
Son constructoras pequeñas que se dan en las comunidades; en los pueblos en otros departamentos donde todos esos procedimientos de controles no se siguen tan rígidamente. Y existe un sector totalmente informal que es el propietario del terreno, que quiere construir una vivienda y en lugar de buscar un profesional que les haga la planificación, él toma el rol de arquitecto, de ingeniero y contrata a un maestro de obras y le dice qué hacer. Ese sector es totalmente informal, ahí no hay ningún control.
Rodas resalta que los materiales utilizados para construcción muchas veces son artesanales y no cuentan con un control de calidad. Tampoco las remodelaciones ni los cambios estructurales.
Gustavo Cano, alcalde de Huehuetenango, cuenta que es una situación común en su municipio:
Hay muchos vecinos que, con la licencia del primer nivel, a veces hacen modificaciones. El reglamento no permite eso, cada nivel deberá estar sustentado y ver si la modificación sustenta el segundo nivel. Normalmente los supervisores hacen de conocimiento, no sé cuántos casos podrían haber, pero de seguro pasan desapercibidos, que no están a la vista y realmente no hay forma de verificarlo.
Así como en Huehuetenango, otras municipalidades enfrentan dificultades para controlar. En Guatemala las viviendas y edificaciones se realizan sin supervisión estricta.