Si se distrae googleando, le propongo que busque “CODEDES corrupción” y verá la letanía que aparece. Desde la falta de credibilidad que tienen, algo compartido con otras instituciones, hasta la corruptela -o riesgo de ella- por las cantidades de dinero que manejan. Si desea complementar lo anterior, haga lo mismo con COCODES y el resultado no será muy diferente. Esas instituciones han manejado miles de millones del presupuesto que deberían verse reflejados en el desarrollo local, aunque justamente es el espacio político menos desarrollado.
A la fecha, el gasto de CODESDE no pasa del 2%, aunque según información de la SEGEPLAN, a finales del mes pasado había Q2,28 millardos en proyectos aprobados, de los Q2,39 asignados. De tal cuenta, y teniendo presente el tiempo que tardan en convocarse y aprobarse las ofertas que se puedan recibir, es probable que haya una ejecución práctica por el mes de octubre, o a las puertas de finales de año. Aun así, el ministerio de finanzas pretende incrementar en aproximadamente Q1,7 millardos dicha cantidad en Departamentos, como el de Quetzaltenango en el que los montos aprobados son significativamente menores que en el resto, seguramente obedeciendo a consignas políticas para contar con votos en el Congreso.
De una buena idea, parece que la práctica ha establecido una nefasta ejecución. No deja de ser ese mil millonario presupuesto la caja chica de diputados distritales y alcaldes, y también la compra de voluntades del gobierno hacia aquellos que no son de su cuerda. Súmele que este gobierno solo tiene un alcalde y 23 diputados y comprenderá la necesidad de contar con más dinero. Dicen, y me lo creo, que no lo entregará en mano “como hacían antes otros gobiernos”, ellos negociarán -y eso es lícito, agregan- obras departamentales y municipales por favores políticos trasladados en votos. La verdad o son muy cínicos o muy bobos, y más apuesto por lo primero, porque de lo segundo es de lo que nos quieren ver la cara.
Como siempre se ha hecho, asignarán cantidades milmillonarias a COCODES y CODEDES, manejados por poderes locales, y ellos se repartirán las obras a su gusto, lavando la conciencia de quienes dan el dinero para “agua y saneamiento”. Para ello, todo el gobierno parece tener la consigna de denominar a la ampliación presupuestaria como “reasignación”, en un intento de ganar la batalla mediática. La mayoría de ministros ya han dicho que para hacer cosas, a pesar de tener un presupuesto asignado, necesitan “la reasignación de Q14,500 millones”. La verdad es que el gobierno está sin resultados y el apoyo social con el que decía contar se redujo sustancialmente y se vio reflejado en la última encuesta de Cid Gallup. Lo único que queda -y no hay de otra- es comprar voluntades, aunque sutilmente le llamen negociar, si es con políticos, o ayudar si es con los votantes.
La idea no es otra que generar una red clientelar subvencionando electricidad y otorgando ayudas económicas en efectivo, según listados que elaboren. Con ello, un partido como SEMILLA que no tiene estructura local, contará con una masa clientelar similar a la que otros partidos, como la UNE, crearon en su momento. Masa que terminará parasitando una buena cantidad de potenciales votantes en aquellos lugares en los que ahora no hay presencia partidaria.
Da la sensación de que no somos capaces de salir del pantano en el que estamos atrapados, y lo único que falta para poder hacerlo es la decencia, o la ética si quiere ponerlo en clave más elegante. Demasiados indecentes en la política, pero también que viven de ella. Inescrupuloso que reparten dinero que no es suyo, pero otros similares que lo toman mientras se quejan del nivel de corrupción que hay en el país. Delincuentes, todos ellos que no reconocen su error porque lo disfrazan de subvención, o lo reciben como ayuda, sin advertir estos últimos que poco antes lo habían sacado de sus bolsillos, aunque también hay mucho que exigen derechos mientras huyen de las obligaciones.
Estamos atorados otra vez porque no hay ideas claras ni sujetos que las implementen. Seguimos improvisando en cada momento político y soñamos permanentemente con un salvador que nos libere de nuestra propia torpeza. Una suerte de “complejo ubiquista” que ha calado y se ha instalado en lo más profundo de la mente nacional.