La oficina de Nutrición del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reporta que en Guatemala el 49.8 % de los niños sufren desnutrición crónica. Esto ubica a Guatemala en el primer lugar en América Latina y el sexto en el mundo en desnutrición infantil.

Las circunstancias actuales solo alertan de un ascenso:

– Por ejemplo, los daños causados a la agricultura en noviembre 2020 por las tormentas ETA e IOTA: 146 mil hectáreas de tierra y 204 mil 500 familias afectadas, con pérdidas estimadas en Q 897.1 millones.

– La reconstrucción y los aportes para la agricultura son promesas incumplidas de parte del Gobierno: han pasado siete meses y medio y la ayuda no llega. Solo se ha ejecutado 3.5% de los 2.5 millardos para reconstrucción; mientras el programa de asistencia para la agricultura carece de fuente de financiamiento.

Se cuenta solo con un plan piloto de ayuda con financiamiento internacional para cubrir a 2 mil 792 familias y cuenta con US$800 mil financiados por el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Para ampliar el programa a 105 mil familias, el MAGA necesita Q420 millones, pero responde que no posee fondos propios, aún gestiona cooperación.

Aníbal Pop, vicepresidente de Consejo Comunitario de Desarrollo del caserío Saquixim, en San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, una comunidad afectada por los fenómenos expresa su preocupación:

Pasaron dos meses y yo mismo lo viví en que si teníamos suerte solo comíamos dos veces al día. Estábamos acostumbrados a comer 5 o 12 tortillas, pero se redujo a 2 o 3. Fue difícil y se nos enfermaron muchas personas -los niños y los ancianos- y eso repercutirá en resultados negativos porque vamos a tener niños con desnutrición.

En esta comunidad viven 450 familias, 15 perdieron sus casas con las tormentas y 30 reportaron daños moderados. Pero las siembras de milpa y frijol se perdieron en 100% y otros cultivos como pacaya, cardamomo y café se vieron afectados en 50%:

En mi caso, mi papá tenía una manzana de milpa y la perdimos; la tierra se presta para sembrar, pero sería importante que venga un técnico a evaluar.

La pérdida de la cosecha 2020 causa dificultades en la alimentación de la comunidad, la esperanza es la cosecha 2021 para quienes aún tienen tierra fértil para sembrar, pero los daños lo complican.

Sin fondos propios 

Juan Carlos Rivera, diputado de Bloque Victoria, da seguimiento al tema:

Este gobierno quiere trabajar solo con donaciones y lo más triste es que muchas de estas son incapaces de entregarlas y que lleguen a la población. Hacemos un llamado para que ejecuten los programas para cumplir con las necesidades de la población. Nuestra preocupación es que la niñez sea afectada con la alimentación: está el programa Crecer Sano -para combate a la desnutrición- US$100 millones de crédito que no se ejecutan solo 2 o 3 %.

Las autoridades del Maga respondieron que el plan piloto que pretende apoyar con un aporte único a 2 mil 792 familias se ejecutará a finales de este mes y que uno de los principales obstáculos fue el acceso a las comunidades para el levantamiento de datos. Para la ampliación del programa no hay fondos y por lo tanto tampoco fecha para que arranque.

La oficina de comunicación de FAO por su parte respondió que cumplieron con su aporte de Q2.3 millones en asistencia técnica para levantar la base de datos, capacitar a 1 mil voluntarios en manejos agrícolas de huertos familiares.

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