Ayer el Congreso eligió a Raúl Eduardo Berríos como secretario del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua). Excandidato a diputado de Unión del Cambio Nacional (UCN), el ahora director fue el asesor parlamentario de José Arnulfo García, de la misma agrupación, etiquetada por Estados Unidos como “narcopartido”. Según su currículo, 2017 Berríos se graduó como abogado, 14 años después de empezar la universidad. También prestó asesorías ad honorem a la Asociación Pro-Migrantes de 2013 a 2020.
Conamigua, fundada en el 2007 para coordinar acciones para atender a los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos, no es más que botín que hoy se reparten los diputados. Así lo dice Pedro Pablo Solares, abogado experto en derecho migratorio:
“Es una institución que tiene tareas ejecutivas, pero también pretende cumplir funciones políticas. Específicamente, de la representación de intereses de la población guatemalteca en Estados Unidos. Ante esa ambigüedad de la institución que fue creada por ciertos actores políticos asociados a la UNE, que en ese entonces estaba en el poder, se fue degradando con el tiempo y fue cediendo al interés de utilizarla como un botín político para diferentes partidos políticos en diferentes tiempos.”
Hay más trabajadores de la institución vinculado a organizaciones políticas. En 2020 Conamigua otorgó 41 plazas, 30 por servicios técnicos y profesionales. Juan Carlos Ordoñez Taracena y Leslie Odily Pérez Orellana figuraban en la nómina. Ordoñez fue candidato a diputado en 2019 por el partido Todos y Pérez figura en la investigación de financiamiento ilícito a la UNE. Según las pesquisas Pérez cobró cheques emitidos por una empresa de cartón y luego entregó el dinero al exdiputado Julio César López Villatoro, prófugo de la justicia.
El problema de colocar personas afines a políticos, lo comenta Walter Batres, presidente de la Red Migrante Guatemalteca:
“Nosotros la miramos como una piñata. Y no hablo de una bancada, porque una sola no podría poner a una persona en Conamigua. Siempre hay alianzas de bancadas para que esto funcione. Esto ha llevado a que el migrante sea excluido de participar. Es increíble como el Estado de Guatemala y sus lazos de corrupción permiten que Conamigua no invierta ni un centavo en migrantes. Ya van 4 años que no vemos una inversión al norte del río Suchiate.”
El clientelismo se traduce en inexperiencia e incapacidad. El diario Prensa Libre reveló que, en 12 años, sólo en 2 ocasiones ha logrado ejecutar más del 50% de su presupuesto.
Rita Elizondo, la Secretaria de Conamigua de 2020, expone:
“Cuando yo entro en funciones, recibo con un 6% de ejecución y entregó con un 52%. En cuestión de mayo a octubre y, si usted revisa, ha sido la más alta. Ningún secretario tuvo una ejecución como esta, todos los han tenido en el 23%. En octubre no pude seguir ejecutando porque el tiempo que había sido electa yo ya había vencido.”
Conamigua tiene asignados Q34.2 millones, recibe el 0.05% del total de remesas y el 25% de lo generado por el envío de tarjetas de identidad consular, emisión de pasaportes y legalización de documentos en el extranjero.
Según Úrsula Roldán, Directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales de la Universidad Rafael Landívar, hay más razones para el fracaso:
“Conamigua es una dependencia del ministerio de Relaciones Exteriores y el consejo que lo dirige, finalmente es el ministro el que debe de convocar a las reuniones y ha habido una competencia entre el ministerio y Conamigua. Simplemente no se convoca a las reuniones, no se les da un plan de trabajo serio para su actividad y no se le da funciones según la legislación todavía vigente.”