Un hundimiento que se originó en el kilómetro 522 jurisdicción de Ixcán, Quiché, ha provocado problemas de movilización hacia la frontera con México desde el lunes último. Los pobladores están molestos porque la obra es parte de un tramo carretero de 27 kilómetros que se encuentra en construcción. Los alcaldes municipales e indígenas de ese Departamento indican que siempre han sufrido las consecuencias de tramos dañados en esa región.
El hundimiento se debió al colapso de una tubería que pasa debajo del tramo dañado, y aunque el ministerio de Comunicaciones dice que se trabaja en el lugar, las reparaciones han dificultado el comercio al ser una ruta principal. Según los pobladores son al menos 45 comunidades del Ixcán las que han sido afectadas por el hundimiento.
El alcalde del municipio de Canillá, Yanuario Urizar, refiere que no es la primera vez que se sufre por estos problemas, debido a que las carreteras de Quiché necesitan ser asfaltadas completamente pero solo efectúan bacheos y la lluvia vuelve a socavar el asfalto meses después.
“Las carreteras están mal, están agrietadas, tienen hoyos, necesitan mantenimiento pero le toca al gobierno no a nosotros. Donde quiera hay hoyos, para Cubulco, Joyabaj y Sacualpa, les dan un medio mantenimiento una vez al año y se supone que son dos”.
Según Urizar, cada año esa municipalidad invierte un millón 800 mil quetzales en reparar las carreteras de las aldeas de su jurisdicción y para evitar señalamientos de desvío de fondos no invierten en carreteras nacionales.
Darío Lucas, investigador del Laboratorio de Asfalto de la Universidad de San Carlos de Guatemala, comenta que muchas carreteras de Guatemala son construidas sin cumplir con las especificaciones técnicas necesarias y esto provoca que colapsen fácilmente.
“Antes de asfaltar se debe hacer un estudio previo para ver qué tipo de vehículos van a pasar por el lugar, cuánto transporte va pasar, cuánto tiempo esperan que dure la carretera y si pasa agua por ese tramo. Si piden una carretera tipo C para transporte liviano pero va ser utilizada como tipo A para transporte pesado entonces no va durar. La culpa no es del contratista, la culpa es de quien sacó la solicitud de la carretera».
“El agua es el enemigo de la base del asfalto”, dice Lucas, por lo cual se debe dejar bien compactada para colocar después dos o tres capas de asfalto, pero depende del tipo de carretera que se solicite.
“Se deben sellar bien las tres o dos capas de asfalto que se colocarán, de esa manera se impermeabiliza la base del asfalto y se evita que se filtre el agua y puede durar mucho tiempo. A veces el problema es que surgen empresas a cargo de ingenieros que no son especialistas porque sale más caro, pero que no tiene noción en construcción de carreteras».
La reconstrucción de la carretera de 15 kilómetros que desde Santa Cruz del Quiché conduce a San Pedro Jocopilas, comenzó en 2014 pero quedó abandonada en 2019. En ese entonces se destinaron Q229 millones para el proyecto.
Autoridades locales indicaron que la empresa que estaba a cargo de la obra suspendió los trabajos porque el Ministerio de Comunicaciones liquidó al Fondo Social de Solidaridad, de donde provenían los recursos. Los trabajos se reanudaron durante el actual gobierno, sin embargo, el asfaltó se ha deteriorado.
Delfino Natareno, presidente de la Gremial de Transportistas de Quiché, ha indicado que el mal estado de las carreteras en Quiché ha provocado serios daños a los autobuses y en ocasiones ellos han tenido que reparar los agujeros con tierra para evitar accidentes.
Milton Santizo, Presidente de la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros, indica que las carreteras del país ya terminaron su vida útil desde hace mucho tiempo, debido a que fueron diseñadas para un peso y el parque vehicular que ha crecido provoca que estas colapsen.
Se intentó obtener una postura del Ministerio de Comunicaciones, por medio de las autoridades de esa dependencia, sobre los proyectos carreteros en ese departamento, pero no fue posible.