La segunda ola de contagios del Covid-19 empieza el ascenso: “Hemos visto como algunos amigos de la parranda se han desbocado en estas últimas semanas y hoy vemos como se incrementan los casos”. Esas fueron las palabras del presidente Alejandro Giammattei el miércoles, pero no solo son los parranderos, desde el 30 de septiembre, cuando venció el Estado de Calamidad, las actividades deportivas, religiosas y el comercio dejaron atrás siete meses de confinamiento.

Si bien hay preocupación, los doctores están más confiados:  hay más experiencia, además de lecciones aprendidas.

Hoy las camas de los hospitales a nivel nacional están ocupadas en un 28% y eso se debe a un cambio en el modelo de atención a pacientes: los asintomáticos no ocupan más los sanatorios.

Helmut Esteves, director del hospital provisional de Quetzaltenango:

“Antes solo ocupaban lugar, se desesperaban, se portaban mal, protestaban por todo”

En el Parque de la Industria siguen la misma estrategia y eso desfogó el lugar cuenta Western Castillo, doctor de este centro provisional:

 “Los ingresos han disminuido en el intensivo y solo estamos ingresando pacientes complicados: con morbilidades, saturados (respiración) o que no tengan un lugar para su cuarentena y por eso no nos hemos saturado como al principio, cuando todos los pacientes se ingresaban. Como el 80% de los migrantes, pacientes asintomáticos se van a casa.

Ocho meses después del primer caso, los médicos han experimentado con distintos fármacos y aunque no hay ninguno que cure la enfermedad, ya saben cuáles son efectivos dice Esteves:

Hay medicamentos que ayudan a disminuir la carga viral, pero de todos los que se han utilizados, los desinflamatorios como la Dexametasona, ha ayudado bastante y que continuaremos en uso. Y luego hay muchas medicinas, pero son más para sintomatologías, anticoagulantes y prevenir enfermedades. La ventaja ahora es que ya están construidos 5 hospitales provisionales. Además, hay más equipamiento y los sanatorios han ganado experiencia: recuerde que nosotros no sabíamos la realidad de esta enfermedad y ahora ya tenemos experiencia en el manejo. Al principio se experimentó mucho.

Cuando empezó la pandemia se contaba con 7 mil 500 camas disponibles y 380 de intensivo, a la fecha no se reportó la disponibilidad.

Las personas han vuelto a la normalidad.

Los doctores de ambos hospitales coinciden en que los ingresos masivos disminuyeron, pero sus intensivos casi están llenos. Los doctores tienen una respuesta: las personas esperan hasta el último momento para las consultas.

“La gente está llegando muy, pero muy enferma”, dice Esteves.

Los médicos creen, no obstante, que aún hace falta desarrollar capacidad en realizar más pruebas. El gobierno ofreció, en junio, superar las 5 mil diarias. El miércoles incluso Giammattei ofreció 6 mil:

“Llegamos 5 mil 146 pruebas y esperamos pasar los 6 mil en las próximas semanas”.

Pero las gráficas de tamizajes del ministerio de Salud parecen la imagen de una montaña rusa: unos días arriba, otros abajo. Y aunque Giammattei menciona que superaron las 5 mil, los datos no lo reflejan. Desde marzo, el día que más pruebas se realizaron fue el 07 de octubre con 4 mil 913, pero hace cinco días, solo se registraron 775.
Según datos de Salud, de agosto a octubre, en las 29 áreas de salud distribuyeron 221 mil pruebas rápidas, pero solo realizaron 66 mil 648. Y de los test PCR solo efectuaron 63 mil 279.

No son suficientes, dice el doctor Esteves:

Tenemos antígeno y no tenemos PCR. Yo creo que no hay o está siendo difícil adquirirlas. Con las pruebas siempre es variante, porque las mandamos y tardan un mes para tener los resultados.

Otro punto a corregir en la segunda ola es el oxígeno, dicen los médicos. Para esta nota ConCriterio solicitó entrevista con las autoridades de Salud, pero al cierre de la nota no respondieron.