Mientras el ministerio de Finanzas afirma que el gobierno y el Banco de Guatemala (Banguat)  trabajan en un plan para mitigar la crisis alimentaria que se prevé ante una escasez de alimentos en los próximos meses, en parte, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, ninguno de los ministerios a cargo del Organismo Ejecutivo y que deben velar por ese tema lo confirman. Expertos en el tema consideran que deben tomarse acciones urgentes, especialmente en la producción agrícola ante la escasez y encarecimiento de las materias primas para la elaboración de fertilizantes.

El ministro de Finanzas, Álvaro Gonzáles Ricci afirma que existe un plan que elabora el Banguat y están a la espera de una “retroalimentación” del sector privado, la cual esperan recibir esta semana. Sin embargo, no fue posible obtener la postura de algunos empresarios como Hermann Girón presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales y Financieras (Cacif). Por su parte, Karla Caballeros, directora ejecutiva de la Cámara del Agro, asegura que no han sido invitados a participar.

Gonzáles Ricci también ha mencionado que subsidiar los combustibles y el gas propano, así como incluir a más consumidores en la clasificación de tarifa social de energía eléctrica, son parte del plan que se trabaja. No obstante, el ministro de Desarrollo Social, Axel Romero manifestó que el tema le corresponde a la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), entidad en la que dijeron desconocerlo. La misma respuesta dieron en el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (Maga).

El presidente del Banguat, Sergio Recinos, dijo a ConCriterio que no podía atender una entrevista debido a lo complicado de su agenda. El expresidente de esa entidad, Lizardo Sosa, comentó que en todo caso el Banguat solo puede hacer recomendaciones financieras.

«Lo normal es que el banco participa en las previsiones financieras y macroeconómicas que ese tipo de planes requieren, no solo como marco general para su implementación sino para una mejor estimación de sus necesidades financieras, solo en eso puede participar, años antes si tenía un departamento agropecuario en el que influía».

Carmen Lucía Salguero, coordinadora de la Comisión de Salud de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), refiere que de existir un plan, debe implementarse pronto y de forma integral, e incluir a los pequeños agricultores que no tienen excedentes de producción, por no tener acceso a los fertilizantes para lograr una buena cosecha.

«Es importante que el gobierno pueda suplir la baja de granos básicos y las crisis de disponibilidad y precios, tendrá que entrar a suplir por medio de reservas que deberían estar ya en el país o que deberían estar entrando. Es imperante que implemente estrategias para mantener la circulación de alimentos con precios bajos  principalmente de productos como huevos y carnes, y  proteger los empleos».

Salguero enfatiza que ante una crisis alimentaria los casos de desnutrición se dispararán en el área rural. Según datos de la Sesan, este año hay 9 mil 249 casos de desnutrición aguda y 9 fallecidos.

El maíz es uno de los principales productos que se consumen en el país y que según expertos será escaso en los próximos meses.

En un posible escenario a corto plazo o mediano plazo, habrá menos oferta de productos en el mercado, y los países desarrollados acapararán esa oferta, lo que provocará desabastecimiento en otros países, nos dice Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).

«El problema es que una de las costumbres que tiene el ministerio de Economía es que habilita la importación de productos pero asigna ciertas cantidades a ciertas empresas. Si habilitará la posibilidad de que se traigan productos de otros mercados, hay que dejar que el mercado sea abierto y que no haya acaparamiento. No es recomendable que el ministerio diga que van a dejar entrar tantas toneladas de trigo por ejemplo y se las va dar a tal empresa para que lo importe, porque al único que va beneficiar es a ese importador».

Los productores de maíz blanco, el de más consumo en el país, agrupados en la Asociación Nacional de Granos Básicos, han advertido que ante la falta y encarecimiento del fertilizante no se tendrá la misma cantidad de cosecha en cuanto a frijol y maíz, por lo que también se producirá un incremento en los costos para el consumidor final.