La pandemia del Covid-19 obligó a suspender, por segundo año, las procesiones de Semana Santa. Los cucuruchos podrán desaparecer de las calles, pero ya sea en redes, en casa, mediante juegos o en pequeñas manifestaciones de piedad popular, los devotos cargadores se harán presentes.
Pablo González, integrante de la junta directiva de la Hermandad de la Merced en Antigua Guatemala, cuya anda cuenta con 80 brazos y 6 mil 640 cargadores para completar un recorrido de 16 horas, explica cómo han llevado las procesiones al mundo digital:
“Hemos hecho una inscripción en nuestra página de la hermandad, son turnos virtuales donde el hermano o hermana cargadora, llenan una serie de información que se les solicita para que en una fecha determinada podamos hacer una procesión virtual. Tendrán la opción de poder entrar a un video donde tendremos su marcha y todo como si fuera una procesión. Esto está programado para que sea el Domingo de Ramos.”
Juan Manuel Castillo, integrante del Colectivo Memorias del Cucurucho, una organización de unos 12 integrantes dedica a discutir la Semana Santa desde una perspectiva transversal, considera que muchos tendrán su rito en el hogar:
“De hecho, el año pasado, muchos cucuruchos lo que hicieron como un simbolismo fue envestirse en los días que correspondía y hacer un pequeño ritual dentro de la casa. Ya sea quemar incienso, escuchar alguna marcha fúnebre relacionada a la imagen de su devoción y hacer algún tipo de viacrucis penitencial. Muchos cucuruchos lo hicieron y este año no será la excepción.”
Otros buscan formas más creativas de acercarse a la tradición. Juan Pablo Menéndez, de 26 años, es devoto cargador y diseñador gráfico, su amor a dicha costumbre lo llevaron a crear la lotería del cucurucho en 2019. En la misma, los jugadores cantan cartas que recuerdan los motivos elementales de la Semana Mayor: desde el súchiles hasta el aserrín.
La ausencia de procesiones, considera Menéndez, aumentó sus ventas:
“El año pasado fue una sorpresa el hecho de que todas se terminaran. Me confié porque no saqué tanto tiraje para no arriesgarme. Sin embargo, en 2 o 3 fechas que nosotros nos acercamos a las entregas de turnos se fueron todas y las personas quedaron encantadas del material. El año pasado hicimos un tiraje de 200 y para finales del 2020 y principios del 2021, sacamos el doble y, de hecho, ya nos estamos quedando con muy poquitas. Ya solo nos restan 40 de las 400.”
Para algunos, sin embargo, los ritos en casa o virtuales, no eran suficientes, por lo que, el 27 de febrero, con medidas sanitarias, tomaron las calles.
Fernando Barillas, uno de los 6 integrantes de la Asociación Cucuruchos Seculares, que se dedica a la valoración de la Semana Santa más allá de la religión, cuenta:
“Era una fecha importante para la feligresía, puesto a que se cumplían 300 años del nombramiento de Jesús de la Merced como patrono jurado contra calamidades, tempestades, terremotos y demás. Resultaba una ironía que siendo el patrón contra calamidades estuviera encerrado en su camarín y no tuviera ningún tipo de actividad devocional a su alrededor, más que las que se realizaron en televisión y redes sociales. Así que, de manera espontánea, un grupo decidimos organizarnos y con nuestros recursos mandamos a hacer papirotes nazarenos como se utilizaban en la época colonial, es decir con el rostro tapado; y pagamos 2 horas de banda de música. Realizamos un recorrido por el Centro Histórico con el rostro cubierto en señal de penitencia y para guardar el anonimato y con la intención de retomar el sentido penitencial de la semana santa.”
Barillas asegura que muchas otras actividades como estas vendrán durante y en los días cercanos a la Semana Mayor.
En Sevilla, las procesiones tampoco saldrán a las calles este año. Sin embargo, el Consejo de Hermandades y Cofradías de la ciudad junto con el ayuntamiento propuso la realización 30 muestras cofrades para dinamizar y reactivar los sectores económicos vinculados a la Semana Santa.