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El crimen de Nelson Marroquín, alcalde de Masagua, Escuintla, revive el temor de los vecinos del departamento por el repunte de la violencia que denuncian las últimas semanas al extremo de exigir la destitución de la gobernadora Vivían Mayorga. Noviembre lo cerraron con 44 muertes violentas por arma blanca y de fuego, según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF): es 25% más que el mes anterior.
Escuintla es el segundo departamento, después de Guatemala, con más homicidios en el país: 284 en 2025.
“De 4 meses para acá comenzó a subir -la violencia- pero en los últimos 2 meses es exagerado”. Es Fredy Mina, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo del microparcelamiento La Esperanza, Escuintla.
La cabecera departamental registra el 40% de los crímenes de noviembre. A finales de noviembre, Abraham Rivera, alcalde de Escuintla, envió una carta al presidente Bernardo Arévalo y al ministro de Gobernación Marco Antonio Villeda, y solicitó decretar Estado de Prevención. El miércoles los 14 alcaldes del departamento se reunirán con Arévalo y Rivera presentará personalmente la solicitud:
“Se comenzaron a conjugar dos elementos: los homicidios y extorsiones a negocios locales y a empresas como ZetaGas y Pepsi; hubo fallecidos y amenazas, con disparos. El nivel de inseguridad se hizo muy sensible ante la población porque pasaban los extorsionistas dejando un celular y de una vez disparaban no a matar, pero sí a vitrinas y vehículos. Aunque ya tenemos bastante presencia policial, fuerzas especiales y elementos del Ejército que están patrullando y eso viene a generar un clima de más seguridad, pero con el crimen del alcalde de Masagua, se vuelve a generar zozobra”.

Violencia en Escuintla.
Gonzalo Calderón, jefe de operaciones de la Comisaría 31 de Escuintla explica:
El problema que tenemos acá es con las pandillas: ellos generan delincuencia común y organizada. “Hemos tenido un incremento desde que se trasladaron los líderes de las pandillas MS y 18 a Renovación 1 y Granja Penal Canadá. Cuando las pandillas vienen a Escuintla, también traen a sus familiares y a las estructuras criminales, estos son los que han estado aterrorizando. También por el tiempo de fin de año, siempre se incrementa porque estás personas piden un “aguinaldo” y cuando estas se niegan, empiezan a intimidar con disparos y cuando se vuelven más terroríficos empiezan a matar a los repartidores.
El promedio de homicidios durante 2025 en Escuintla fue de 20, en julio se registraron 11 y cuando se compara con esa cifra los crímenes se incrementaron en 300%.
El comisario afirma que 60 agentes más se sumaron estas semanas a los 100 del departamento para apoyar el plan preventivo de seguridad, junto con elementos del Ejército.
Stu Velasco, exsubdirector de la Policía Nacional Civil: “Yo sí creo que es una manifestación clara del crimen organizado desafiando al Estado y una muestra de empoderamiento en operaciones violentas más urbanas de estos grupos y con objetivos políticos públicos.
Velasco cree que el presidente debe evaluar instalar fuerzas especiales o Estados de excepción: Si no se tienen una reacción eficaz va seguir escalando a hechos más y de mayor envergadura criminal.
La investigación por la muerte del alcalde está bajo reserva, el ministerio de Gobernación creó tres equipos para averiguar. La policía informó que el jefe edil sufrió un atentado una semana antes, también denunció supuesta corrupción en la municipalidad.
Repartidores bajo acecho: si entran a esta o aquella zona, los matan

