El Presidente Arévalo rindió informe anual de su gestión gubernamental en el Congreso. Un discurso anodino, barroco, políticamente correcto y más propio de un candidato que desea hacer cosas que de alguien que debe de exponer los logros ¿Será que no había suficientes o siquiera algunos para llenar media página?
Los diputados de la oposición, quejosos y con espíritu de mosca cojonera, pusieron una trozo de una canción estrella de Village People “YMCA”, seguramente con la intención de confundir e interrumpir al Presidente, y/o para recordarle que Mr. Donald Trump los ha invitado a que canten en su toma de posesión. Una suerte de falta de respeto y de la cortesía que debería primar en la institución.
A la salida, el diputado Samuel Pérez, correspondiente quizá a la falta de respeto anterior, arrebató una carta que el diputado Chocooj quiso entregar a Arévalo a su salida, y la rompió. De nuevo la falta de educación parlamentaria se puso de manifiesto. Y es que no se le pueden pedir peras al olmo o si desea decirlo de otra manera: “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, que viene de al pelo con la subida salarial que disfrutaran esos honorables personajes.
En el discurso presidencial, al menos dos errores que fueron detectados. Uno, relativo a la reducción de la violencia, corregido en redes por el SEGLEPLAN. Otro, cuando afirmó que Guatemala había tenido el mayor crecimiento económico en las dos últimas décadas, sin advertir que, en ese tiempo, se creció por encima del 3.7% en ocho ocasiones. De nuevo surge la pregunta: ¿quiénes asesoran al Presidente?
En conclusión, 2025 inicia como lo hiciera 2024, con discursos que destacan ejes, planes y estrategias que deberían haberse comenzado a implementar hace un año.
La novedad el recién nombrado ministro de comunicaciones, quien llega con su baúl de comentarios y señalamientos. El señor, que había ejercicio cargos en una pasada administración, tenía una multa de la Contraloría por valor Q2,2 millones. Después de dieciséis años no la había pagado, pero fue nombrarlo e ir rápidamente -tanto que lo hizo en sábado y estaba cerrado- a hacer frente a la misma, lo que deja en entredicho su nivel ético, compromiso con la transparencia y apego a la legalidad.
Siempre excusas, aunque es fácilmente entendible que no caben olvidos de esa cantidad. Simplemente, nunca la hubiera pagado de no haber sido nombrado ministro, y parece que ese pequeño detalle se le escapó al Presidente en el nombramiento o quizá, lo que es mucho peor, no había nadie disponible que quisiera aceptar la cartera.
En cualquier caso, la hoja de ruta pareciera no haber cambiado mucho, o nada, para ser más precisos. Es como si comenzáramos de nuevo tras el proceso electoral, lo que agrega al pasivo un año perdido, o poco aprovechado, que sería como lo valorarían los afines al poder que siguen perdonando la inactividad gubernamental con ceguera devoción.
En el Congreso “los amigos de SEMILLA” andan un tanto alborotados por temas relacionados con ciertos miles de millones de quetzales que no pueden, de momento, ejecutar en los Consejos de Desarrollo, por errores en la redacción presupuestaria, algo que evidenciaron ciertos analistas. Y por si fuera poco, la CC tiene levantada la espada de Damocles con amparos por resolver sobre dicha ley.
De la justicia y “sus cosas” es difícil hablar porque todo está tan entrampado que ni ellos lo tiene medianamente claro. Resulta que el partido oficial está cancelado pero no suspendido, y como eso suena a coña o cachondeo, diversos juristas de esos que todo lo complican más, elaboran escenarios en los que nadie sabe qué hacer.
Sin sorpresas y con descaro, CODECA y la URNG, aplauden y apoyan la dictadura venezolana, con comunicados o representantes en la toma de posesión del criminal conductor de buses.
Si lo quiere más kafkiano es posible que después del 20 de enero las cosas se puedan poner peor.