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El 27 de mayo de 2024, Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), se convirtió en “maestro en derecho penal”. El grado lo obtuvo en la Universidad de San Carlos (USAC) y con el diploma completó su expediente para optar a una magistratura de la Corte de Apelaciones. Pero sus 49 folios de expediente desaparecieron ante los ojos de los comisionados, por un acuerdo: “Ya saben que no se le apoya a ningún aspirante que haya participado en criminalización política o ataques a la democracia y todos sabían quiénes eran”. Es Luis Velásquez, integrante de la comisión donde Curruchiche no obtuvo un solo voto.
“Ahora lo invitamos a que tome de nuevo su gorgorito y que vaya a pitar chamuscas. Ya no lo queremos aquí”. Esa fue la mofa que hicieron en una protesta integrantes de los pueblos indígenas. Hasta abril de 2012 Curruchice se desempeñó como árbitro asistente de la Liga Nacional. Los analistas políticos y jurídicos no ven muchas posibilidades en el futuro de Curruchiche. El mandato de su jefa, Consuelo Porras, finaliza en mayo de 2026, pero ¿qué le espera al fiscal?, Renzo Rosal, analista político:
Su vida profesional ya quedó enterrada. No porque perdió su candidatura a las Salas de Apelaciones, sino porque es una persona no grata. Él va a morir con las botas puestas, tendrá que seguir insistiendo en darle fuerza al pacto. Ya pasó la frontera hace ratos y no se puede ni siquiera lavar una parte de la cara. Supongamos que sale del MP, ¿Qué le queda por delante? Ser un abogado de las mafias, defender criminales, narcotraficantes.
Claudia González, exmandataria de la comisión internacional que investigó corrupción en Guatemala, debió pasar 52 días en prisión por la criminalización del MP. Ella duda incluso que tenga oportunidad de litigar. “Veremos quién lo contrata y para qué”. Rosal agrega: “nadie con dos dedos de frente lo va a buscar, pero ni para ir a misa; pero a toda la gama de delincuentes les puede sonar bien a un miembro del MP que se las sabe todas allá adentro. Dentro del mundo de los malos, tiene perfil.
Este reportero escribió al jefe de la FECI, pero no respondió. Su foto de perfil de WhatsApp es la de un lobo y le acompaña el texto: “El tigre y el león pueden ser más fuertes, pero el lobo no trabaja para el circo”.
Cuando uno analiza las entrevistas de Curruchiche desde que recién llegó a FECI, la evolución es evidente: es más agresivo y está siempre a la defensiva. El fiscal tiene cerradas las puertas en Estados Unidos y Europa, sancionado en 42 países como un actor antidemocrático y corrupto. Cumplió 54 años, de los cuales 20 ha trabajado en el Ministerio Público (MP); en agosto 2021 fue nombrado jefe de la FECI, solo pudo ascender cuando la Fiscal General modificó el reglamento y redujo a 60 puntos el mínimo en pruebas para quienes se postulara a Jefe de Sección. La abogada González: La llegada de Curruchiche fue circunstancial, porque eligieron a otra fiscal después de la salida de Juan Francisco Sandoval; pero hay que entender que hay quienes tienen ética, escrúpulos e independencia fiscal y en este caso se vio que él sí se plegaba a los intereses de su jefa.
Su papel fue criminalizar, frentar las investigaciones contra la corrupción y procurar impunidad para criminales.
«Vino a botar años de construcción de una fiscalía que se venía fortaleciendo en investigación. No hay un solo caso de combate a la corrupción, su especialidad es criminalizar”. Rosal hace una analogía: “Pitbull le llamaría yo: es aquel que con la mandíbula fuerte de cacería. Es un cazador. Él es corresponsable junto con la Fiscal General, el Secretario del MP, Cinthia Monterroso… son responsables de desarmar el MP”.
Y agrega: en términos de poder va a quedar solo e inclusive sujeto a las traiciones.
Otro de los escenarios que plantean es que pueda enfrentar a la justicia en Guatemala o la extradición hacia EE.UU o el exilio como él orilló a muchos.