El Salvador cumple 9 días bajo Estado de Excepción y su presidente Nayib Bukele se encuentra en abierto desafío con las pandillas a quienes les ha advertido desde su cuenta de tuiter que les quitará la comida en las cárceles si cumplen con las amenazas de cometer atentados al azar en contra de la población.
El saldo de las medidas tomadas hasta ahora, según las autoridades, es de 6 mil pandilleros capturados y el apoyo de la población después de los 87 homicidios que se registraron solo entre el 25 y 27 de marzo.
A pesar de que organismos de derechos humanos y la comunidad internacional han alertado de una violación a los derechos humanos por la violencia utilizada en los arrestos, Bukele dice que continuará con la defensiva.
Gabriel Labrador, periodista de El Faro, medio digital salvadoreño, dice que la convicción de la gente es que a los pandilleros se les debe “aplicar todo tipo de castigos”. Aunque, según él, hay personas que han sido detenidas solo por llevar tatuajes o porque simplemente la policía los señala de pertenecer a pandillas.
«Vemos casos de personas que aparentemente no tienen vínculo con las pandillas, los capturan solo porque viven en la misma zona. Hemos consultado a los parientes y ellos son muy profusos en explicar que es gente trabajadora. No podemos meter las manos en el fuego y decir que todos los que están allí no han cometido un delito, pero, sin duda, hay mucho espacio para la arbitrariedad».
En sus discursos el presidente salvadoreño ha admitido que los pandilleros duermen en el suelo, están hacinados y han limitado sus tiempos de comida a dos jornadas.
Los pandilleros que no están detenidos han lanzado amenazas de cometer atentados al azar en contra de la población civil. El presidente dice que sufrirán las consecuencias.
«Ustedes desatan una ola de criminalidad y nosotros quitamos la comida en las cárceles, mejor esténse tranquilos y déjense arrestar».
Luis Roberto Haug, Gerente General de CID/Gallup, S.A. consultora de opinión pública a nivel regional, explica que las medidas implementadas por Bukele son bien recibidas por la población.
«Podríamos decir que el 80 por ciento de la población está a favor. De por sí en general el mandatario Bukele es el mejor evaluado de la región centroamericana, con niveles de 80 y 85 puntos de aprobación a nivel de todos los sectores del país; este evento de la seguridad vino a representar un anhelo que el pueblo estaba teniendo con respecto a una batalla fuerte contra los delincuentes».
La población guatemalteca, según Haug, se siente igual sobre las medidas drásticas en contra de acusados de crímenes, pues se ha visto incluso como partidos políticos han logrado la presidencia al ofrecer “mano dura” en contra de la delincuencia.
«Nuestras encuestas revelan que en Guatemala la gente está de acuerdo con que los derechos humanos han sido más en beneficio de los delincuentes y está dispuesta a implementar medidas más rígidas en contra los malhechores e incluso están de acuerdo con la pena de muerte».
La encuesta realizada en enero de este año por CID/Gallup, S.A revela que la población se siente indefensa ante los delincuentes y no percibe al gobierno ayudando en su lucha para disminuir el crimen. Tres cuartas partes de la población (75%) estiman que estos derechos protegen a los delincuentes más que a sus víctimas.
El investigador en temas de seguridad del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) Walter Menchú, dice que a pesar de que en Guatemala la justicia por mano propia evidencia que la ciudadanía está de acuerdo con cualquier medida contra pandilleros, no es viable, aunque así se les capture, pues tienen el control de las cárceles.
«Algunos tienen grandes condenas que no les importa seguir delinquiendo, deben haber cárceles de máxima seguridad y que no se les permita extorsionar, sin necesidad de azotar o quitarles la comida».
Con las capturas recientes suman 22 mil pandilleros encarcelados, lo que según las autoridades ha mermado la violencia a tal punto de registrarse 0 homicidios en los últimos días.