La propuesta del subsidio al precio del diésel para estabilizar el costo de la canasta básica es una iniciativa populista al ojo de unos analistas, peligrosa para otros, mientras que el sector privado recomienda, más bien, racionar los recursos.
Por medio del decreto 20-22 y con 131 votos a favor el Congreso aprobó un subsidio de Q5 al galón de diésel y Q2.50 al de gasolina regular
El Ministerio de Energía y Minas (MEM) señala que el 98 por ciento de los vehículos con placas comerciales, los cuales forman la cadena de transporte de productos, utilizan diésel, por lo que proponen el subsidio para estabilizar los precios de la canasta básica.
Los congresistas aprobaron que con este subsidio se debe ampliar el presupuesto general en Q745 millones.
El subsidio se trabajará con los importadores a quienes se les fiscalizará y sancionará si no hacen la rebaja. El monitoreo se realizará vía la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) cuyo personal supervisará en las gasolineras para determinar por medio de las facturas que se cumpla lo establecido.
El director de Economía de la Universidad Francisco Marroquín, Clynton López, opina que los subsidios son populistas, que pretenden tener un impacto en la opinión pública y que la administración de los fondos suelen ser opaca.
«El precio del petróleo es internacional y nadie lo puede controlar. Lo que sí podría hacer el gobierno es eliminar impuestos específicos sobre los combustibles y de forma permanente. El Banco de Guatemala debe resolver la inflación, eso es responsabilidad del banco».
Otras iniciativas para evitar que el precio de los combustibles impacte en la economía del país fueron presentadas por el Grupo Parlamentario de Oposición, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Partido Unionistas (PU).
Hermann Girón, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), ha indicado a medios de comunicación que el sector empresarial no está a favor de subsidios y propone racionar recursos como la energía eléctrica, aprovechar la luz del día para las actividades y encontrar maneras creativas de enfrentar la situación como se hizo con la pandemia. El directivo recordó que en años anteriores se experimentaron precios similares a los actuales y los sectores productivos han encontrado la forma de hacer abundar los recursos.
En 2012, según registros del MEM, el galón de gasolina súper llegó a Q35.35 en servicio completo y Q34.50 en autoservicio.
Para David Casasola, analista del Centro de Investigaciones Económicas (CIEN) el subsidio podría ser un respiro, pero también puede representar un desequilibrio para las finanzas públicas y sentar un antecedente peligroso si no está planificado.
«Habrá que ver que tenga un impacto, ese tipo de aspectos son difíciles en la práctica, por ahora hay expectativa porque serían dos meses de subsidio pero la ola viene de una situación internacional y habrá que ver si no se ponen en riesgo las finanzas al momento de extender esta medida, recordemos que está en juego el dinero de todos los guatemaltecos».
Abelardo Medina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) refiere que este tipo de subsidio no es viable.
«No podemos seguir en el largo plazo adoptando una estrategia fiscal que compense esas situaciones porque se descuidan otros aspectos fiscales que son de interés. En el momento que se otorga un subsidio o se perdona un impuesto, lo que se hace es descuidar un aspecto de las finanzas públicas que debe ser atendido».