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Los integrantes del club operadores de la impunidad en el sistema de justicia fueron los primeros en manifestar sus intenciones de postularse para la magistratura 2024-2029 en la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones. Y, de entrada, llenan los requisitos de la tabla de gradación: son abogados, reúnen experiencia entre 5 y 15 años como abogados, jueces o magistrados. El cuestionamiento es la idoneidad, un aspecto que solo se copia de la Constitución pero no es condición, señala la directora del Movimiento Projusticia Carmen Aida Ibarra.
Mynor Moto, juez de primera instancia del Juzgado Tercero Pluripersonal, quien evadió la justicia por casi año señalado de recibir sobornos para favorecer a imputados en el caso de corrupción Libramiento de Chimaltenango, anunció su candidatura: “espero que, si todo marcha bien, si logro completar los expedientes estaré tomando la decisión definitiva”.
Moto cerró el caso “Bufete de la Impunidad”, una red de abogados que coordinaba pago de sobornos a jueces. Este juez también engrosa la larga lista Engel de actores corruptos y antidemocráticos sancionados por EE.UU. Una condición que comparte con Rafael Curruchiche, Jefe de la Fiscalía contra la Impunidad, señalado por entrampar y desarticular casos anticorrupción. Curruchiche también madrugó: “Estoy evaluando la posibilidad de postularme a magistrado de Sala de Apelaciones”.
La directora del Movimiento Projusticia lamenta que después de 15 años, el país no ha construido un perfil del magistrado idóneo lo cual abre las puertas a que personajes cuestionados aspiren y ocupen el poder judicial: “las Comisiones de Postulación copiaron y pegaron los requisitos constitucionales en un documento”.
Las comisiones de postulación copiaron y pegaron los requisitos constitucionales en un documento titulado perfil de idoneidad, pero NO discutieron ni elaboraron un perfil del magistrado idóneo.
No es lo mismo llenar requisitos que ser idóneo y honorable.
🤌🏽 https://t.co/DpubkAvfpn— Carmen Aída Ibarra (@CAidaIbarra) August 20, 2024
La tabla de gradación asegura a estos actores punteos altos al cumplir meros requisitos que ya llenan: por ejemplo, 74 puntos entre la práctica de 5 a 15 años como abogado, juez o magistrado.
Ante esto, Curuchiche se da por aceptado: “He hecho trabajo de forma objetiva e imparcial por más de 20 años. Claro, muchos pueden cuestionar que no soy idóneo, pero la propia Comisión no asignó puntuación a este aspecto”.
La directora de Projusticia la idoneidad de un magistrado debe sostenerse en el tiempo y no cambiar en cada proceso. En 2010, señala, la Corte de Constitucionalidad orientó en ese sentido: Usted no puede ser medio ético o medio honorable. Es o no es. Pero esperaríamos que a la hora de tomar decisiones piensen un el perfil idóneo –aunque sea solo en su mente– y que los haga decantarse por lo que están nada cuestionados y que dejen fuera a los que públicamente no se les reconoce honorabilidad.
Abelina Cruz, la jueza que ha liberado a personajes señalados de gran corrupción en el país como Gustavo Alejos, Alejandro Sinibaldi, Manuel Baldizón e integrantes de la cúpula empresarial del país, también manifestó su interés por integrar las cortes. También el juez Fredy Orellana, incluido en la lista Engel por sus fallos que pretendían revertir los resultados electorales que favorecieron al partido SEMILLA.
Carlos Ruano, un juez que cumple esta semana un año en el exilio, por acoso de la exmagistrada Blanca Stalling, a quien Abelina Cruz benefició, nos dice:
“Ese tipo de personajes es el que el sistema necesita para mantenerse, que sean leales y serviles para intereses espurios”. No obstante, señala que recae en los comisionados establecer los filtros: determinar si ese candidato es idóneo o no para ser magistrado, si es honrado y honesto en su trayectoria y esa es la pregunta que los comisionados deben hacerse al elaborar la nómina. Pueden tener 80 o 90 puntos en su expediente, pero sí su quéhacer ha sido fuertemente cuestionado y la ciudadanía no confía en él, entonces no es idónea.