El Tribunal Supremo Electoral (TSE) pretende implementar un sistema biométrico para las elecciones generales del 2023 con el cual esperan garantizar el voto de cada ciudadano. Pero analistas y organizaciones especializadas en elecciones consideran que dicho mecanismo puede complicar o colapsar la transmisión de datos al centro de cómputo, pues han sido ineficientes en otros países.No solo eso: la compra está incluida en un negocio irregular con un exviceministro de Gobernación.
En septiembre, el TSE declinó de las negociaciones con la empresa Smartmatic International Holding B.V., vinculada al exviceministro Administrativo de Gobernación, Elizandro López Flores. A dicha compañía se le adjudicaba un contrato por Q600 millones para comprar computadoras y programas digitales. En el negocio fue la única oferente. Esa misma transaccion se dividió en seis lotes y entre estos figura la compra de 26 mil 500 dispositivos biométricos portátiles, los cuales no se publicaron en Guatecompras, el sistema público de contrataciones, sino solo en la página digital del TSE.
Los magistrados del TSE defienden la compra y aseguran que el sistema biométrico es un método efectivo que garantizará que ninguna persona vote por otra, como lo afirmó en una conferencia de prensa, Irma Palencia Orellana, presidenta de ese organismo.
Tiene la única finalidad de que el TSE cuente con un motor biométrico propio para garantizar la identidad de las personas. Con este sistema una persona después de votar, quedará bloqueada en el padrón para que ninguna otra pueda votar por ella. Esto garantiza que no voten quienes no están en el padrón electoral o quienes han fallecido.
La magistrada explica que para que funcione este sistema se contará con el apoyo del Registro Nacional de las Personas (Renap) debido a que tienen la base de datos de todos los guatemaltecos.
En comunicación Social del Renap informaron que existe un convenio entre ambas entidades y a cada persona que llega a tramitar su Documento de Identificación Personal (DPI) se le consulta si autoriza que su información sea compartida con el TSE para ser empadronada, aunque desconocen si se se ampliará ese acuerdo para otorgar información al sistema biométrico.
Francisco Quezada, analista del Centro de Investigaciones Económicas (CIEN), dice que la credibilidad en el conteo de votos recae en la junta receptora de votos de cada mesa y no es necesaria esta compra.
En la última elección, las mesas estaban a punto de saturación porque no podían manejar los votos de 21 partidos, se hizo difícil el recuento de votos, ya dio márgenes de error grandes. Frente al próximo evento electoral con más de 28 partidos, el grado de dificultad va aumentar para el personal de las mesas y si le agrega ese paso donde una persona pone su huella para poder votar, ¿será que tendremos la capacidad de transmisión? En todas las transmisiones de datos de todas las elecciones siempre hay un grado de problema.
Quezada afirma que en Estados Unidos, Sudamérica y Europa se han registrado denuncias por fraude en contra de estos dispositivos.
Han sido cuestionados porque han sido manipulados, porque pueden variar las cifras, porque se pueden enfrentar a problemas de transmisión y han sido objeto de denuncias de fraude. En Estados Unidos fue tan denunciado el tema de que si hubo o no fraude en la última elección presidencial, si hubieran contado con un sistema de soporte manual como el que tenemos en Guatemala allí hubieran dirimido sus diferencias. En Guatemala se quiere salir de un sistema que ha funcionado para un sistema incierto.
En las bases del concurso se especifica que “la cantidad de equipos biométricos a ofertar puede aumentar o disminuir en función de los requerimientos y deben ser nuevos de fábrica”.
Las ofertas deben ser presentadas hasta el 17 de noviembre, al igual que las de cinco concursos más que eran un solo evento pero que fue anulado por TSE por críticas de la sociedad.
Marielos Fuentes, directora de Guatemala Visible, entidad que fiscaliza elecciones.
“El evento es el mismo, nada más que cada proceso tiene un ámbito distinto, uno se refiere a computadoras, otro a escáneres y otro a la biometría. El problema no es la modernización, eso es deseable. El problema es que se contrata a una empresa comprometida y que si las bases siguen siendo las mismas, lo más probable es que la única empresa que llene los requisitos sea la misma”.
Fuentes considera que los sistemas biométricos no son necesarios comprarlos si en los comicios de 2027 serán obsoletos, además, existe duda del por qué los concursos no se publican en Guatecompras, pues no se pueden seguir las etapas del proceso y por qué los magistrados no atienden las recomendaciones de transparencia por parte de organizaciones y tanques del pensamiento.