Todas las mediciones conocidas, todos los análisis del interés que suscitan los candidatos percibido desde la interacción y las búsquedas en redes sociales arrojan los mismos resultados.

Sandra Torres y Zury Ríos han alcanzado su techo de intención de voto sin conseguir una posición de distancia cómoda ante sus perseguidores. Zury Ríos incluso se percibe en lento declive y sus asesores de campaña procuran por estos días hacer cambios sensibles en la imagen que proyecta en aras de conseguir que los electores se identifiquen más con ella y así frenar el descenso.

A Sandra Torres parece haberle rendido frutos el esfuerzo por ser mejor percibida en el área metropolitana de Guatemala, pero su nivel de anti voto se mantiene alto para confiar en un triunfo suyo.

Ambas son la mejor garantía de prolongación de los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei. Son las apuestas confiables para el poder económico y político establecidos.

Edmond Mulet, quien repuntó sensiblemente cuando se atrevió a desafiar al esfuerzo de venganza por medio de los tribunales impuesto por Consuelo Porras desde el Ministerio Público, ha caído en el letargo. Se muestra dócil ante la prohibición inconstitucional impuesta por el Registrador de Ciudadanos de abordar la persecución contra los enemigos de Alejandro Giammattei y el esquema corrupto. Ha dejado por tanto de ofrecer novedad.

El cuarto contendiente en lid, en cambio, ha tenido tropiezos como su confrontación en un malhadado foro universitario con la periodista Dina Fernández, que lo exhibió autoritario e intolerante, pero es el candidato que suscita mayor interés por su novedad. Dos estudios confirman que hay una tendencia favorable a Carlos Pineda. La medición en plataforma digital de Nuestro Diario y un estudio a partir del interés que inspiran los candidatos en las redes sociales realizado por el Proyecto Pericles (dedicado al análisis de datos  en redes y estrategias de comunicación). Es difícil establecer cuánto peso lleguen a tener las conclusiones extraídas a partir de potenciales votantes con acceso al internet en el electorado a nivel nacional, el cual excluye a los más de 35 por ciento de la población sin conectividad, pero es más difícil aún ignorar el rol ascendiente de Pineda. ¿Y qué atrae tanto de Pineda? Que se presenta como alguien ajeno a la política y al sistema.

Los competidores tratan a toda costa de desmentirlo por estar rodeado por ex funcionarios corruptos y candidatos a diputado con vínculos mafiosos. Además le regatean conocimiento y aptitudes para gobernar el país.  Pero hasta ahora tienen poco éxito en ese esfuerzo.

Si Pineda se atreviera a declararse opuesto a lo que Giammattei y Miguel Martínez y Consuelo Porras representan podría crecer mucho más, pero quienes aspiran a frenarlo y convertirse ellos en los contendientes de Zury Ríos o Sandra Torres en la segunda vuelta también podrían hacerlo. Y no lo hacen.

La clave real para posicionarse es rechazar abiertamente a la actual coalición de gobierno, que protege con impunidad la corrupción y ejerce venganza judicial contra quienes la combaten. Sin embargo, puede más el miedo.

Apenas unas tímidas críticas a Consuelo Porras, ninguna propuesta de investigar el enriquecimiento súbito de Giammattei, Martínez y su entorno mucho menos la promesa de cárcel por sus robos.

Y así el único que destaca es el recién llegado a la competencia por presentar mayor novedad frente a un elenco muy conocido.