Las lluvias terminaron, pero para los vecinos de aldea Santa Inés, en San Miguel Petapa a 24.7 kilómetros de la ciudad, aún deben recuperarse de las pérdidas ocasionadas en septiembre y sobrevivir con un temor permanente: viven en una zona de alto riesgo y deben abandonar el lugar.
“Para algunos la lluvia es algo que los relaja, pero para mi comunidad es una alerta, porque el río sale de su cauce e inunda nuestros hogares. Aquí ya nadie se siente seguro”, cuenta Ángela Diaz, ama de casa de 41 años, quien reside con sus tres hijos en una casa en “El Zanjón” en Santa Inés, una aldea de 5 mil 909 habitantes.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) ya identificó en San Miguel Petapa 450 viviendas en riesgo en aldea Santa Inés, Villa Hermosa y Parajes Concepción. Santa Inés es la más cercana del río Platanitos, cuya área está identificada en el acuerdo gubernativo 179-2001 como zona de alto riesgo, al igual que las que se encuentran vecinas a los ríos Michatoya, Villalobos y las cuencas de Amatitlán.
Los niños de la Escuela Oficial Rural Mixta No.667 dejaron las aulas mucho antes de la suspensión de clases presenciales que ordenó el ministerio de Educación debido a las manifestaciones ciudadanas que demandan la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras y paralizaron el país desde el 2 de octubre. Rogelio García, miembro del Consejo Comunitario de Desarrollo y director de la escuela explica: “A veces suspendemos las clases presenciales porque hay niños que no pueden llegar a la escuela porque las calles están llenas de lodo; a mí y a los maestros nos toca limpiar también el lodo que se acumula en el patio de la escuela. Después de una inundación tardamos de 1 a 2 días en retomar actividades”
Vivir en un área etiquetada por la autoridad como riesgosa impacta en la vida diaria de los vecinos. Astrid Colajay, psicóloga de la Cruz Roja: “Estas personas viven en estado de alerta tanto niños como padres de familia van a presentar estrés. El entorno en el que viven les afecta”.
Dificultades para dormir, fatiga, temor, culpa y enojo son algunas de las respuestas físicas y emocionales comunes que puede sufrir una persona durante algún tiempo después de un desastre natural según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Díaz, el ama de casa de “El Zanjón” ha perdido horas de sueño. Ella y los vecinos de Santa Inés permanecen en constante alerta: “Nosotros ya no podemos dormir, ni bien empieza a llover todos los vecinos comenzamos a prepararnos porque aquí nadie puede ayudarnos”
Hace 22 años la Conred recomendó a la municipalidad de San Miguel Petapa reubicar las viviendas para reducir la exposición a inundaciones y un potencial colapso. Luis Alberto Reyes Noriega, ex alcalde de San Miguel Petapa, responde que la municipalidad no cuenta con los recursos para trasladar a los vecinos: “Eso implica conseguir un terreno que tenga las condiciones básicas como drenajes, agua potable, energía eléctrica y la municipalidad no cuenta con terrenos municipales como para hacer ese traslado en este momento”
“La municipalidad puso muros de contención en su momento, pero esos muros se han ido cayendo poco a poco. Nosotros no tenemos los recursos para movernos de aquí” agrega Díaz.
Según los pronósticos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) el final de la temporada lluviosa será en los primeros días de noviembre, pero en la colonia Santa Inés aunque se van las lluvias, los problemas se quedan.