“Lamentablemente los químicos que utilizamos son más caros y las ganancias no se reflejan”. Esto dice Mario Tizirin, un pequeño agricultor que lleva 15 años de sembrar brócoli y pepino en Patzún, Chimaltenango, pero a quien ya no le trae cuenta su negocio por el costo de los fertilizantes y agroquímicos. El encarecimiento le impide abarcar el mismo terreno que antes ocupaba para la siembra.
La época de siembra para hortalizas, verduras y granos básicos se acerca y los pone a temblar. Hay una expectativa negativa ante la falta y encarecimiento de los fertilizantes que si bien es una situación que comenzó con la pandemia y la crisis en la cadena de distribución, se agudizó con el conflicto entre Ucrania y Rusia, los principales productores de materias primas para estos nutrientes. Los productores de frijol, maíz y arroz dicen que es una situación que exige decisiones urgentes.
Gustavo Rivas, presidente de la Asociación Nacional de Granos Básicos (Anagrab) :
«Yo veo que habrá una inseguridad alimentaria tremenda. Antes, nosotros comprábamos el fertilizante urea a Q180 o Q190 el quintal y ahora anda por los Q450 o Q460 en la Costa Sur. En el Ixcán, Quiché, está a Q560. Esto va a provocar que el precio del frijol y maíz para el consumidor final sea alto. En el campo el quintal de maíz anda entre Q180 y Q185; antes, en Q80, Q90 o Q100».
Dos años atrás, cultivar maíz en una manzana de terreno tenía un valor de Q6 mil o Q7 mil, ahora el precio llega a los Q12 mil, unas cifras nada alentadoras para Rivas, pues significa que los costos se elevaron, además, los precios de los fertilizantes repercuten en la cantidad de cosecha.
«Si antes se sembraban 50 manzanas de granos, ahora solo se van a sembrar 20, 10 o 5 porque los recursos no le van alcanzar a los agricultores para sembrar en toda el área que antes producían. Habrá una reducción de un 30 o 40 por ciento en el área de siembra, tanto en frijol, maíz y arroz».
Hugo Hernández, gerente comercial de Yara Guatemala, empresa Noruega de fertilizantes, explica que el problema se agravó este año por una reactivación económica que provocó la congestión de contenedores en los puertos internacionales. A esto se suma el incremento del flete marítimo hacia Guatemala, pues si antes tenía un costo US$3 mil desde el continente asiático, ahora pueden costar incluso US$20 mil.
«Del total de las importaciones de materias primas para fertilizantes, el 50% vienen de Ucrania, Rusia. Lo que viene de Rusia viene muy limitado y el costo de los fletes es elevado; los proveedores de Rusia que no están sancionados, tienen dificultad para sacar producto y a veces las órdenes se caen a punto de ser cargadas al barco».
El otro 25 por ciento de las importaciones de materias primas vienen de China donde, según Hernández, las exportaciones son burocráticas, por lo que Yara no puede comprometerse a traer grandes cantidades de producto y para ciertas fechas.
Jorge Hernández, director ejecutivo de la Asociación del Gremio Químico Agrícola (Agrequima), dice que los costos de los fertilizantes no se reflejan en los productos, debido a que está por comenzar la siembra y en algunas bodegas hay fertilizante en existencia.
«El más afectado va ser el pequeño agricultor, ya que se están dejando de sembrar parcelas donde era usual encontrar frijol y maíz. Hay quienes empezaron a sembrar frijol antes porque es un proceso más sencillo, pero el maíz si no está bien nutrido el suelo, no se tendrán los resultados esperados».
Hernández afirma que buscan nuevos proveedores, recientemente lograron que India provea materia prima para fertilizantes a costos más altos pero con envío más rápido. También piden al gobierno que se reduzcan los aranceles de importación de los nutrientes para que los costos no lleguen tan altos al agricultor.
El ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) respondió por medio de un comunicado que para mitigar la crisis de los fertilizantes se entregará Q1 mil a pequeños y medianos agricultores sin decir a cuántos, para que compren insumos agropecuarios, aunque Tzirin dice que no ha recibido nada al respecto.
Después de las tormentas ETA e IOTA en noviembre de 2020, el gobierno anunció que se otorgarían Q1 mil a 33 mil 809 familias agricultoras, con el fin de que efectuaran trabajos de conservación de suelos y agua para recuperar su producción. Sin embargo, algunos agricultores se quejaron por no recibir este beneficio.