Mañana 1 de octubre no solo se celebra el día del niño, también es el día Internacional de las Personas Adultas Mayores, una parte de la población invisibilizada en Guatemala y cuya situación, si ya estaba precaria, recrudeció con la pandemia del Covid-19. Siomara Tribouillier, gerontóloga dedica a estudiar los diversos aspectos de la vejez y el envejecimiento en el país, exintegrante del Comité Nacional de Protección a la Vejez (CONAPROV) y trabajadora de la municipalidad de la capital, define así la situación de estas personas:
“Envejecer en Guatemala es lo peor que le puede pasar a una persona”.
Y Atilio Bonilla, coordinador del hogar Asilo San José de las Damas Franciscanas, en Villa Nueva, añade:
“Han dejado la vida por el país y por la familia y al final no cuentan con nada”.
En este hogar hay 25 ancianos y la atención para ellos es integral, no reciben ningún aporte gubernamental ni tampoco las familias: hay abandono del Estado y de la sociedad
“La gente que se retira y recibe su jubilación no alcanza para vivir, yo tengo algunos ancianos que reciben de pensión Q300 qué hace alguien con eso. Y hay familias que definitivamente sí abandonan a sus ancianos, a nosotros nos los llegan a dejar a la puerta”.
Abandono del Estado
El responsable de estas poblaciones es el CONAPROV, presidido por la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del presidente (SOSEP) e integrado por los ministerios de Salud, Desarrollo Social, de Trabajo y la Procuraduría General de la Nación (PGN) entre otros. Esas entidades, son quienes deben velar por el bienestar de las personas mayores de 60 años, pero de acuerdo con la gerontóloga, desde la gestión de Sandra Torres, al frente de la Sosep, los ancianos fueron desatendidos y la actual administración no escapa de estos descuidos:
«Cambiaron totalmente la estructura de los centros de día, antes era de manera integral que los atendía, se coordinaba con las universidades, con el grupo Ermita para atender Alzheimer, con el Ministerio de Agricultura y hacían huertos para estar personas. Era todo integral como Patricia de Arzú lo visualizó, Evelyn de Portillo se dedicó en cuerpo y alma».
Con la pandemia estos grupos vulnerables quedaron más desprotegidos comenta la especialista:
En la zona 15 funcionaba uno donde albergaba algunas personas, pero ya no funciona, ahora el CONAPROV con la pandemia está muerto. Los adultos mayores no están siendo atendidos, pero además en el Ministerio de Trabajo, primero mueren los adultos antes de que les lleguen los Q400.
Hace 5 meses Tribouillier, gestionó ante la SOSEP apoyo para el señor Berisford Lynton Castillo un hombre de 76 años con problemas visuales que el año pasado llegó desde Izabal en busca de tratamiento médico, pero quedó atrapado en la ciudad con el cierre del país y gastó el dinero del tratamiento en su estadía; hoy no tiene cómo sostenerse. Este reportero solicitó una entrevista en SOSEP, pero al cierre de la nota no respondieron.
*Posterior a la publicación de este nota, Óscar Cruz, Subsecretario de Promoción Social, respondió que en el caso del centro de atención citado en la zona 15, realmente se encontraba en la zona 16 pero que lo los ancianos fueron trasladados a otra sede en Santiago Sacatepéquez, «luego de que se determinó que estas instalaciones eran más apropiadas».
Respecto a la atención diurna dijo que en efecto la atención está suspendida por la pandemia del Covid-19, pero señaló que se brinda atención integral y que se el personal «entrega una bolsa de alimentos a los adultos mayores» y que entregan el kit «Activo me siento bien» que cuenta con una estrategia para que estas personas puedan realizar actividades en su casa. Sobre la falta de respuesta de SOSEP a la ayuda solicitada para el señor Castillo no contestó.
Sin pensiones
De acuerdo con el censo 2018 del Instituto Nacional de Estadística (INE) las personas de 65 años y más, ocupan el 5.6% de la población con 837 mil 280.
De acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) más de la mitad de las personas mayores de 60 años no recibe una pensión de un sistema contributivo y eso los obliga a mantenerse vigentes en el mercado laboral. Una publicación de Prensa Libre de 2004 apuntó a que el 88.5 % de los ancianos del país no estaba adscrito a ningún fondo de pensión.
El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) respondió que paga 87 mil 698 pensiones por vejez que se calculan con base a sus reportes laborales. Entre enero y agosto de 2021 se pagaron Q1.7 millardos.
El Ministerio de Trabajo coordina el programa del adulto mayor con un presupuesto anual de Q550 millones, de los cuales 1% es para funcionamiento. Geovanna Salazar, viceministra de Previsión Social y Empleo, señala que a la fecha entregan aportes mensuales a 107 mil 604 beneficiados:
A personas mayores de 65 años en extrema pobreza y que al no tener pensión después de su época laboral, se acercan al programa y se le entrega un beneficio de Q400 mensuales.
Algo llamó la atención de este reportero, en 2020 la institución prescindió de la constancia de sobrevivencia y siguió entregando los aportes. Ese año murieron 7 mil 500 adultos: Hicimos visitas de forma aleatoria para saber que adultos están vivos.
En 2019 salieron del programa de aportes unas 6 mil 776 personas por muerte.
*nota del editor: modificada 30-09-2021, 15:37 hrs. se adjuntó respuesta de SOSEP.
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