Seis de los 14 ministros de gabinete de Gobierno del presidente Alejandro Giammattei han sido llamados a juicio político por la oposición en el Congreso de la República. Pero el oficialismo y sus aliados no permiten que los cuestionen: se ausentan o desmarcan y bloquean las interpelaciones.

Según los registros de la Alianza por un Congreso Eficiente, una organización que fiscaliza la labor legislativa, entre 2021 y 2022, el organismo programó 114 sesiones para cuestionar la labor de los funcionarios de Gobierno, pero 87 sesiones no lograron llevarse a cabo por falta de quórum y solo 15 se desarrollaron. Los ministros llamados al banquillo:

ConCriterio, consultó con los funcionarios, pero no respondieron. Felipe Aguilar, refirió con su comunicador para una entrevista.

Ligia Hernández, diputada de Semilla:

Lo que está haciendo el Gobierno, a través de su bancada oficial y sus aliados, es blindar a los ministros para que los diputados no los cuestionen, pero también para que no se expongan las arbitrariedades o la falta de calidad del trabajo de los ministerios.

Para este segundo periodo de sesiones, la Junta Directiva (JD) fijó los martes para conocer la agenda legislativa y los jueves para interpelación, pero para juzgar a los funcionarios hay silencio en el pleno, remarca Hernández:

¿Cuántos diputados se logran reunir los días de interpelación?

-Aproximadamente llegamos entre 25 y 30, es casi nada –25%- se denota que no hay interés, solo está la bancada interpelante y a veces ni esta completa porque están fragmentadas, pero del oficialismo no llega nadie. Incluso las sesiones de interpelación no las dirige la presidenta, porque ella se va a entregar vivires con los alcaldes haciendo su campaña anticipada.

Este reportero llamó a Shirley Rivera, presidenta del Congreso, pero no atiende las llamadas de periodistas.

Julio Melgar, asesor parlamentario:

La figura de la interpelación por naturaleza tiene una debilidad. Somos un sistema hibrido –no somos presidencialista ni parlamentario–, la mayoría o los bloques representativos tiene sentido para tener un equilibrio, pero hoy por la cantidad de bloques, esa figura no tiene el impacto que los constituyentes legislaron, pero la figura sí sirve para que los políticos rindan cuentas.

Melgar se remonta a legislaturas cuando gobernaba la UNE y el Patriota, cuando existieron bloques opositores mayoritarios que lograban sacar adelante las interpelaciones: como LIDER, Patriota y la misma UNE. Este último bloque en las elecciones 2019, ganó 52 curules, pero más de la mitad se aliaron al oficialismo.

En 2021, la primera interpelación que se agendó fue a Gendri Reyes, entonces ministro de Gobernación. Tras 8 meses y 32 citas en agenda, solo se desarrollaron 8 y el resultado: 84 diputados se opusieron al voto de falta de confianza y 34 a favor. Entre otros temas, se le cuestionaba a Gendri, la represión policial en las manifestaciones ciudadanas del 2020.

Eddy Cux, abogado del Centro Legal Anticorrupción (ALAC):

Incluso más allá de las interpelaciones, vemos cómo los funcionarios de mandos medios no llegan a las citaciones del Congreso y eso demuestra la deslegitimación de esa función de fiscalización.

Cux dice que el último bastión para la fiscalización es el ciudadano:

Queda poco espacio para la fiscalización, porque el ejercicio de los diputados no tiene mayor trascendencia, la Contraloría debilitada y el Ministerio Público (MP) cooptado.

Fue durante la presidencia de Mario Taracena, de la UNE, entre -2016 y 2017, que se acordó destinar un día específico para interpelaciones, pero estas no rinden frutos.