Basta de hablar de candidatos de derecha, aunque sean los que tienen todas las posibilidades de ganar las próximas elecciones. En la izquierda política habrá al menos cuatro opciones entre las cuales escoger. Ya lo sabe usted, la unidad no es precisamente la vocación de la izquierda guatemalteca (tampoco de la derecha, pero ellos son capaces de ganar elecciones en solitario).
Para empezar, todo apunta a que Thelma Cabrera será la candidata del Movimiento para la Liberación de los Pueblos. Se ha especulado con una potencial sustitución de su candidatura (sea por sus quebrantos de salud o porque el movimiento social que se expresa en Codeca no cree en los personalismos) pero la inversión en la imagen y el éxito relativo en las elecciones pasadas apuntan a que ella será la candidata. Si el sistema la deja, claro.
Codeca y el MLP simplemente no buscan una alianza o un frente de unidad con los demás partidos de izquierda pese a la notoria diferencia de recursos con las opciones de derecha. Están cerrados a cualquier discusión del tema y sólo se muestran dispuestos a hablar de adhesiones hacia una potencial segunda vuelta electoral.
Winaq y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca están apunto de darse el sí en una alianza para promover la candidatura de Amílcar Pop, el actual parlamentario centroamericano y antiguo diputado. Ambos partidos creen que la opción para obtener un triunfo electoral es atraer el voto indígena. Se presentarán como una alternativa maya al poder.
En ese punto es evidente que se disputarán el electorado con el MLP y Thelma Cabrera, que ya ha sido capaz de encabezar los votos emitidos en 43 municipios con mayoría indígena. La decisión de priorizar la búsqueda del voto indígena habría sido la causa por la cual Winaq y URNG no lograron acuerdo con Semilla. Semilla se ve a sí misma como una organización política que busca un electorado más amplio que solamente o principalmente el indígena. Ellos van a promover la candidatura de Bernardo Arévalo el actual diputado. Semilla confía en duplicar su bancada en las próximas elecciones gracias a su crecimiento en distritos electorales como el departamento de Guatemala, Sacatepéquez, la cabecera de Quezaltenango y Chimaltenango. Esto es, una vocación más urbana que rural. Quizá sus expectativas de duplicar la bancada de 7 diputados que tuvieron al inicio de la Legislatura suene muy ambiciosa para un partido que, aún siendo una organización de cuadros y no de masas, ha mostrado escasa capacidad de movilización en los primeros años de existencia. Su labor en el Congreso sin duda les ha valido reconocimiento por expresar un discurso consistente contra el sistema de corrupción y concentración de poder, pero más allá de expresar esa postura lo cierto es que sus logros concretos han sido escasos. Y eso frustra a una parte de sus votantes.
Por último está la opción del partido Vos, que reúne a los antiguos cuadros de la Unidad Nacional de la Esperanza que se destetaron del liderazgo de Sandra Torres. Encabezados por Orlando Blanco, Carlos Barreda y Mario Taracena lograron hábilmente montar un nuevo partido que fue aprobado a regañadientes a última hora por el Tribunal Supremo Electoral. Pero resulta que su candidato deseado, el empresario Marcos Antil, estadounidense y guatemalteco de origen k’anjobal, se decepcionó mucho y prefirió volverse a Miami ante las dificultades de participar. Ese partido contempla ahora otra opción. Recurrir a Manuel Villacorta como su candidato presidencial en caso que Antil no vuelva. Villacorta, como abanderado de Winaq, obtuvo poco más de 200 mil votos en las elecciones pasadas. De modo que algún caudal tiene.
Por opciones de izquierda, real o presunta, el votante no va a carecer pues en 2023.
Ahí está el inventario para que escoja.