Es la hora de la clase de Educación Física en la escuela República del Ecuador, ubicada en 23 calle “A” 35-56 zona 5. La Directora Marta Leticia Pérez y Pérez, recorre las instalaciones mientras los niños hacen ejercicios. A primera vista, los techos se ven remedados, el material de la lámina es de duralita y ha sufrido roturas, un parche por acá, uno por allá… así muchos. Hay una frase que nos es familiar: cuando se complica la situación es en el invierno, la lluvia parece ser un enemigo de las escuelas.
Es la causa de deterioro, retrasos y temor. La escuela República de Ecuador y los 500 alumnos de las jornadas matutina y vespertina no se escapan. El centro educativo sufrió daños con la tormenta Agatha en 2010 y 8 años más tarde, sigue en lista de espera de reparaciones. Algunos de los daños, los explica la directora Pérez y Pérez:
La falta de mantenimiento del muro, prácticamente está quedando en el aíre, se socavó y lo otro es que el tiempo de vida del techo ya se cumplió.
Vi unas grietas en el suelo y eso sí me preocupó (…) para lo del Agatha se hundió una parte de la escuela.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) registra dos evaluaciones en el edificio escolar en 2010 y 2014, el dictamen fue hundimiento de terreno y el área fue reparada. Además se instruyó la colocación de vigas en el techo pues carecía de ellas.
Sin embargo los miedos de la directora no desaparecen:
“Lo que más me preocupa es el techo, porque cuando llueve ya mero les cae la lluvia a los niños porque de nada sirve el techo, ya está muy quebrado y como no es ni lámina, es una duralita que fácilmente se quiebra.
Eso es puro colador, una serie de goteras ¿y qué hacen con los niños? Las maestras los acomodan en el área donde no cae agua, pero todo abajo parece laguna.
La escuela está en lista de espera para ser incluida dentro del Quinto Programa de Apoyo del Ministerio de Educación, que destinará Q351 millones para la reparación de 2 mil establecimientos educativos. Un retraso en la aprobación de la Organización de Padres de Familia (OPF) fue el tropiezo para su inclusión: Pero la escuela sí está en lista en proceso para poder hacer el cambio de techo, afirma la directora.
Y mientras espera su turno, repite:
“A mí sí me preocupa. Que me muera yo, no hay ningún problema pero es una gran cantidad de niños las que hay y eso a mí sí me da pena porque los padres los vienen a dejar a un lugar en donde se supone van a estar seguros, aunque el establecimiento no está en las condiciones que nosotros quisiéramos.
Con información y reporteo de Natalia Gámez.