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Unos 300 pacientes de la Unidad Nacional del Enfermo Renal Crónico (UNAERC) no recibieron su tratamiento de hemodiálisis la semana pasada, debido a que la Fundación de Amor, proveedora del servicio en la clínica de zona 1, está inhabilitada a raíz de una deuda de Q14 millones.

Los pacientes debieron viajar a Villa Nueva y Escuintla para sus tratamientos, en donde las empresas Nipro y Baxter prestan el servicio.

Henry Valdéz, estudiante de periodismo de 27 años, paciente afectado, recibe dos terapias por semana, pero la semana anterior solo logró una: El día lunes solo atendieron a dos o tres pacientes que vienen de muy lejos, entonces no me atendieron. Pero para nosotros es bien difícil decir “ok, no me atendieron” porque retenemos líquidos, porque nuestros riñones ya no funcionan, a veces nos sacan 6 u 8 libras, dependiendo de la intoxicación.  No pasar un día a máquina es muy difícil.

El viernes recibió terapia, pero debió de hacerlo en la clínica de Escuintla:  A las 4 pm salimos a Escuintla, regresamos a la 1: 00 am. El detalle es que de regreso a esa hora ya acá en la capital hay que pagar a alguien que te vaya a recoger a esa hora.

Para este paciente el servicio privado no es opción: un hospital privado te cobra entre Q850 a Q3 mil solo tratamiento de 3hrs 20 minutos. Si se te sube la presión o necesitas algo más, es extra.  

UNAERC suministra hemodiálisis a 7 mil 700 pacientes a través de la contratación de tres proveedores: Nipro y Baxter, dos empresas privadas, y la Fundación de Amor que opera con fondos públicos y donaciones.

Annelisa Castillo, directora de la Fundación de Amor, explica que hace seis meses advirtieron a las autoridades de la UNAERC que el atraso en el pago de la deuda, los llevaba a la inhabilitación:

El 7 de agosto tuvimos una reunión con ellos, porque estuvieron abriendo más salas con el mismo presupuesto y el mismo plan de trabajo. Nos percatamos de que íbamos a llegar a fin de año sin recursos, y nos sentamos a platicar cómo iba a resolver la deuda con los proveedores.  

Nery Urbina, vocero de la UNAERC, admite que hay impago de Q109 millones a sus contratistas: Q14 millones deben a la Fundación de Amor; Q10 millones, a Nipro; y Q85 millones, a Baxter. Además, señala que el gobierno de Alejandro Giammattei no cumplió la transferencia de Q433 millones que UNAERC programó con esos fondos.

Quedaron pendientes Q150 millones, con eso hubiéramos podido cumplir con el compromiso de nuestros proveedores. El jueves, la UNAERC firmó el nuevo convenio con Salud, correspondiente a este año, posteriormente deberá tramitarlo el ministerio de Finanzas. La directora de la Fundación de Amor:

Hemos platicado con Finanzas, quienes están anuentes a darnos apoyo lo más rápido. Lamentablemente, aunque corramos, nos dicen que este desembolso  -30%- del presupuesto de la UNAERC se emitirá hasta el 25 de febrero. Les han comprometido para que nos paguen el 100% de la deuda y nosotros podamos reanudar el servicio, toda vez paguemos nuestras deudas también.

Los pacientes son referidos a las clínicas de Villa Nueva y Escuintla.

La empresa Nipro respondió en un comunicado escrito que “su deuda se encuentra dentro de los parámetros normales del Estado y que esta demora es más notable cuando hay cambio de gobierno”. Baxter no respondió a la solicitud de este medio.

Leonel Rodas, directivo de la Cámara de Proveedores de Medicamentos, afirma que la asfixia a los proveedores es constante y señala que se debe a desorden de unidades: Muchas veces compran demás y eso hace que no les alcance el presupuesto y al final queda una deuda de arrastre.

La ley estipula que la deuda debe pagarse en 30 días, pero recuerda los tiempos de gobierno de Otto Pérez:

Fueron Q720 millones en deuda en el Partido Patriota y eso nos lo pagaron en la gestión de Jimmy Morales; recuerdo que ya no se le proveyó una sola tableta al gobierno. No hay estadísticas de deuda en los posteriores gobiernos, pues los agremiados no revelan estos datos.

Mientras la UNAERC paga a la Fundación de Amor y este reanuda los servicios, la institución debió salir a contratar buses por Q18 mil para que los pacientes puedan recibir sus tratamientos en otras clínicas.