La detención de Evelyn Maricela Martín Gamarro, acusada por el homicidio culposo que sus dos perros pitbull provocaron a su mamá, ha generado un debate sobre por qué este caso, a diferencia de otros similares, es llevado a los tribunales y cómo el derecho penal transfiere la responsabilidad del ataque de unos animales a sus propietarios.
Martín Gamarro no fue detenida porque sus mascotas provocaron la muerte de su mamá, sino porque dejó a la señora, de 70 años, bajo llave sin posibilidad de escapar ante dos perros catalogados como peligrosos por la Unidad de Bienestar Animal (UBA). Esta dependencia hizo una evaluación de los pitbull, a petición del Ministerio Público (MP), y la conclusión es que hubo una serie de negligencias, entre las que se cuentan que los animales eran usados para peleas clandestinas.
La muerte de la mamá de Maricela Martín ocurrió en marzo de este año, en la colonia Granizo III, zona 7 de la capital. La víctima estaba sola en su casa y, según los datos hasta ahora conocidos, les daba de comer a los perros cuando la atacaron. Los vecinos escucharon los gritos, pero cuando acudieron a ayudarla, no pudieron ingresar, pues la puerta de la casa estaba con llave. Ellos relataron que escucharon los gritos de auxilio hasta que la señora no habló más.
Los vecinos contaron además a la Policía Nacional Civil (PNC) que en varias ocasiones la señora se había extraviado al salir de la casa, supuestamente sufría padecimientos mentales, y esa es la razón por la cual la hija la dejaba encerrada. No es posible verificar estos detalles pues el abogado de la acusada no concede entrevistas a los medios de comunicación.
El penalista Roberto Lázaro Padilla, dice que si bien existen otros factores que involucran a la propietaria de los perros, nadie está exento de caer en delitos similares por los actos de sus mascotas.
«Si el propietario lleva a su perro en un área pública y se le suelta y lesiona a personas, puede llevar responsabilidad penal por infracciones a reglas de cuidado. Los delitos que enfrentará dependen de los hechos, puede ser procesado por lesiones graves o culposas. Ví como un animal de estos mató a un perro enfrente de su dueña y a mi juicio, sí conlleva responsabilidad penal por lesiones graves».
María Luisa Liscutin, de 55 años y dedicada a rescatar perros sin dueño desde hace 20 años para llevarlos a su albergue en carretera a El Salvador y darlos en adopción, dice que es responsabilidad de los dueños cómo crían a los animales, especialmente si los dejan encerrados sin socializar. Esto los provoca a morder y atacar por diferentes razones, principalmente si lo molestan mientras come o si alguien desconocido ingresa a la vivienda y no tiene cuidado para demostrarle cariño.
«Con razas catalogadas de peligrosas como los pitbull, se debe tener cuidado, especialmente la gente extraña y los niños que no son de la casa. El perro también es como el ser humano, no siempre está de buenas: una vez una empleada mía empujó a uno de mis perros con un basurero y la atacó y eso que ella le daba de comer».
A los perros de Martín Gamarro se les aplicó la eutanasia. La UBA determinó que no eran “rehabilitables ni aptos para adopción y su agresividad ponía en riesgo la integridad de otras mascotas y personas”
La Ley de Protección y Bienestar Animal estipula penas de seis a tres años de prisión para los propietarios de los animales que provoquen lesiones leves como enfermedad o discapacidad por no más de 30 días. Si la lesión de la víctima es grave, debilita o provoca la amputación de una mano o cause daños a nivel del rostro, el propietario de la mascota puede ser sancionado incluso con ocho años de prisión.
El 29 de octubre de 2019 un pitbull atacó a una menor de un año en la zona 11 de Mixco y provocó su muerte. La niña estaba en el patio cuando el perro la atacó. El padre de la menor, al ver lo sucedido se abalanzó sobre el animal y lo mató con un cuchillo, en ese caso nadie fue procesado penalmente.
Cada semana, en promedio, los bomberos municipales atienden entre 1 o 2 casos por mordeduras de perros en el perímetro de la capital; por lo general los afectados son los propios dueños y aunque la mayoría no necesitan hospitalización, se recomienda que acudan a un centro asistencial para evitar infecciones.