Apenas empezó el ciclo escolar en sector público y una semana después, el tráfico y la falta de transporte expulsan a los estudiantes. Hace una semana ConCriterio conoció la historia de un joven de 17 años a quien llamaremos Luis: alumno de quinto año de Bachillerato Industrial y Perito en Artes Gráficas del Instituto Dr. Imrich Fischmann de la zona 13 de la capital, se enfrentó al regreso a la presencialidad con una de las secuelas de la pandemia: falta de autobuses y más carga vehicular.
El chico y su familia viven en San Juan Sacatepéquez y debía recorrer los 20 kilómetros más agobiantes para llegar a su centro de estudios: salía de casa a las 4.30 am, pero el primer obstáculo fue la escasez de transporte. Pocas veces llegó a las 7.30, sus profesores no fueron flexibles y prácticamente fue obligado a dejar el establecimiento, perder un año de estudios y empezar una nueva carrera en colegio que de entrada cobró Q5 mil para asimilarlo. Esta familia declinó de hablar a los micrófonos, solo quieren dejar atrás este episodio.
El instituto Imrich Fischmann es de jornada doble, las clases inician a las 7:30 am y concluyen a las 18 hrs. Según el grado y la carrera en la mañana se imparte la teoría y por la tarde los talleres prácticos, pues son dos carreras técnicas en una.
Alejandro García es papá de una estudiante del establecimiento. La ruta a su trabajo es casi la misma que la de su hija, deben madrugar para tomar transporte público, pero:
Acá en la zona 6, las ruta 4 y 3 prácticamente desaparecieron. Quedó la ruta 4 –de Transurbano. Ellos apagan la máquina y cobran Q7.
El señor señala que solo hay siete transurbanos para atender la demanda; entonces abordan un tuktuk: Q5 para acercarlos a la estación del Transmetro del Estadio La Pedrera; este los deja en la Plaza Barrios y allí transbordan para uno que los deje en la 7ª. Avenida y calle Montúfar de la zona 9; su hija declina identificarse pero cuenta que allí, antes solía pasar la ruta 84, pero también desapareció:
De ahí para el instituto lo hacemos caminando, porque no hay trasporte.
Las clases terminan a las 18 hrs. y el regreso es la misma historia, pero lo hace con la compañía de otros estudiantes con quienes caminan para encontrar un Transmetro:
“Si bien me va y si no hay tanto tráfico llego a las 8.30pm”.
La familia de Carlos, otro estudiante del mismo establecimiento, debió salir a contratar los servicios de un microbús que lleva a varios estudiantes desde la zona 21, donde reside. “Son Q25 a diario y salgo a las 5.40 am de mi casa y llego al instituto 7:10”.
El microbús lleva a unos 11 estudiantes, de entre 15 y 18 años, a destinitos colegios. Las clases apenas llevan 10 días y estos estudiantes de jornada doble están cansados:
“Me he estado durmiendo a la 1 am o 2 am por hacer tareas y me levanto a las 4am”.
Escuche también:
Henry Chuy, director del instituto, afirma que han identificado el problema y que la solución para algunos fue comprar motos y a otros los pasan dejando, lo complicado dice es que tienen alumnos de otros departamentos cercanos a la capital, como Santa Rosa a 53 kilómetros.
El padre de familia entrevistado señala que han pedido flexibilidad:
“Ellos han dicho que el alumno se puede retirar a las 17.30, pero continúan la clase y quienes se van, deben ponerse al día”.
La afectación es a todo nivel. Silvia Trujillo, catedrática en la Universidad Rafael Landívar (URL), tiene la experiencia propia y la de algunos de sus alumnos. Esta profesora debió contratar servicio de bus por Q750 para su hija de 17 años que estudia en la URL; mientras la hija de 23, que está en la del Valle, paga Q90 diarios de Uber.
“Mi queja es sustancialmente que tendría que haber un sistema de trasporte público seguro para los estudiantes”.
Las condiciones ponen en brete a los escolares y a la primera clase ya hay estudiantes cansados: El rendimiento académico se ve comprometido, uno está trabajando con estudiantes que no están ni descansando ni comiendo bien.
Otra opción para los papás, que representa gasto extra y riesgos, son los taxis no autorizados que intentan llenar el vacío de los autobuses que salieron de circulación con la pandemia. En 2021 de acuerdo con el Ministerio de Educación, la tasa de deserción escolar en básicos y diversificado fue de 8%.