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La migración no la detiene una frase, sí las oportunidades de desarrollo
La llegada de Joseph Biden a la Casa Blanca hizo respirar alivio en las fronteras: a tan solo un mes de asumir el poder, las estadísticas sobre migraciones se dispararon, de 7 mil llegadas en enero la cifra subió a 19 mil en febrero según el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). El […]
Publicado el 15 Jun 2021

La migración no la detiene una frase, sí las oportunidades de desarrollo

La llegada de Joseph Biden a la Casa Blanca hizo respirar alivio en las fronteras: a tan solo un mes de asumir el poder, las estadísticas sobre migraciones se dispararon, de 7 mil llegadas en enero la cifra subió a 19 mil en febrero según el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

El Instituto de Migración de Guatemala revela que en los primeros cinco meses de la administración Trump, los guatemaltecos deportados fueron 23 mil 624, mientras que con Biden, de enero a mayo se documentaron 16 mil 934 además de 842 menores no acompañados.

El último año de la administración Trump, las deportaciones llegaron a 105 mil repatriados guatemaltecos; solo la pandemia del Covid-19 frenó el flujo, el 2020 cerró con 45 mil retornados.

Úrsula Rodán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar (URL):

“Ahorita no se están viviendo los mayores flujos, lo que pasa es que hay una problemática acumulada en frontera, deportados aún no hay datos significativos.

EE.UU ha sido más contundente y la vicepresidenta Kamala Harris lo enfatizó en su reciente visita a Guatemala: ¡no vengan!

Pero según los analistas, ni el muro de Trump, ni las advertencias de Harris, ni siquiera el crimen organizado en México detendrán las salidas.

Elsa Ortiz, y su hijo Antony pasaron 81 días separados cuando ella fue deportada a Guatemala en 2018. Hoy esta mujer tiene 28 años y su hijo 11, a pesar de aquel traumático episodio, pensó volver a los EE.UU. La necesidad la empujó, aunque su situación ha mejorado.

“Ha cambiado bastante porque me mudé a la capital, lo necesario, quizá no lo que podría ser allá en los Estados Unidos”. Ahora vende ropa y tiene una pequeña librería.

Pero la falta de oportunidades, según la investigadora Roldán, no disipan la idea migrar de muchos guatemaltecos:

– Las migraciones- No se van a detener en el corto plazo ya que hay un diferencial importante en lo que una persona gana en EE. UU y Guatemala y las condiciones del país que en lugar de mejorar, empeoran.  Lo único que pudiera modificar algo esos flujos son las visas de trabajo, las inversiones de donde salen los migrantes y políticas de desarrollo territorial, pero no lo estamos teniendo.

Harris anunció importantes inversiones en Guatemala de 12 gigantes corporativos como Microsoft, Nespresso y Mastercard. Las visas temporales de trabajo son insuficientes para la demanda: EE.UU. ofrece 6 mil anuales; el ministerio de Trabajo registra 32 mil solicitudes.

Rodolfo Santizo, un migrante quetzalteco de 61 años e integrante de la Asociación Primaveral con sede en Washington, señala que han enviado una misiva a Harris, ya que se sienten excluidos de los planes de desarrollo:

Hay que meter al migrante en esta discusión, porque puede colaborar. Si hay una estrategia de desarrollo, el migrante dice yo voy a invertir y si yo me voy – a Guatemala- ya haya preparada una estrategia de desarrollo en la que me pueda insertar y ya no regresar. Nosotros le estamos presentando el proyecto “Comunidades Espejo” con el que ya estamos trabajando los migrantes para desarrollar los municipios de origen de los migrantes.

 

 

Estos migrantes promueven proyectos de desarrollo en: Huehuetenango; San Juan Ostuncalco, Concepción Chiquirichapa y El palmar, Quetzaltenango; Santa Catarina Mita, en los cuales se busca instalar proyectos de desarrollo para frenar las migraciones.

 

Henry Bin

Periodista

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