La pequeña de 3 años asesinada en Tiquisate, Escuintla, el 18 de enero de 2020 ha puesto los reflectores sobre Escuintla, el segundo departamento de mayores asesinatos registrados en contra de mujeres según un informe del Observatorio de Violencia de la Fundación Diálogos de 2019.
El femicidio es solo el pico del iceberg. En el Observatorio de Mujeres del Ministerio Público (MP) se reportan 152 denuncias diarias en contra de la niñez y las mujeres a nivel nacional. Solo el 1% corresponde a femicidio y muerte violenta, el 74% corresponden a violencia en diferentes manifestaciones.
Queila Boror de la Fiscalía de la Mujer del MP en Escuintla, expone las razones de la alta incidencia en el departamento:
“Las condiciones socio-culturales, la falta de educación y la falta de conocimiento de las leyes y sus derechos. También existe una falta de empleo. La mayoría de las personas se dedica al corte de la caña y este trabajo es temporal, durante 6 meses. El resto de tiempo las personas no tienen trabajo, se encuentran con un trabajo informal. Y también las condiciones climáticas del lugar, lo que produce que las personas consuman muchas bebidas alcohólicas: las cervezas.”
La agente de la Fiscalía de la Mujer, Blanca Yolanda Sandoval, expone otra causa:
“Escuintla es el tercer departamento con mayor índice de denuncias porque es un departamento con una alta población de habitantes: a mayores habitantes, mayor cantidad de mujeres y a mayor cantidad de mujeres, mayor el riesgo.”
La Organización Mundial de la Salud indica que el 35% de mujeres en el mundo han experimentado violencia física o sexual en algún punto de su vida y en Guatemala, los delitos de la niñez y mujeres son de los más denunciados en el Sistema de Justicia.
A pesar de los reportes, Sandoval reconoce que existen factores que impiden denunciar, entre ellos, la dependencia económica, la falta de acceso a los servicios y el miedo.
Gabriela Adalgiza Aguilar Valdéz, de 61 años y miembro del Consejo Comunitario de Desarrollo de Escuintla, nombra otra causa:
“Se quejan de que si uno llama nunca llegan, nunca pasa nada. Ese es un problema que explica por qué la mujer no hace la denuncia.”
Y la edad de las víctimas presenta otro desafío. ¿Cómo enterarse que una pequeña de tres años sufre este tipo de agresiones? Josué Pajarito, abogado del Instituto de la Víctima, a cargo del caso de la niña en Tiquisate, señala elementos visibles que deben alarmar a los padres o tutores de los pequeños:
“Los niños lo que hacen es ya no acercarse. Ellos ya no se acercan ni tienen ningún vínculo con ese sujeto. En otras ocasiones, niñas víctimas de violencia sexual recurren a ciertos actos de auto lesión. Peritajes psicológicos que se han discutido en algunas audiencias hacen referencia a algún tipo de trastorno del sueño que pudieran tener las niñas.”
Pajarito agregó la alteración de las dinámicas en la escuela:
“El rendimiento en ocasiones, lo que llaman en las escuelas como indisciplina: si vemos una actitud retadora, cuando de una u otra forma no tenía esa dinámica la joven.”