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La regla 50/30/20, un método para comenzar a clasificar tus gastos y distribuir tus ingresos de forma ordenada
Se acercan las fiestas de fin de año y con ellas múltiples gastos, algunos planificados y otros que se generan de momento y por impulso, y que pueden impactar tu bolsillo y hacerte pasar un mal rato. Por eso, en WTW te recomendamos el “método 50/30/20” para organizar de una mejor forma tus finanzas. A […]
Publicado el 14 Dic 2023

La regla 50/30/20, un método para comenzar a clasificar tus gastos y distribuir tus ingresos de forma ordenada

Se acercan las fiestas de fin de año y con ellas múltiples gastos, algunos planificados y otros que se generan de momento y por impulso, y que pueden impactar tu bolsillo y hacerte pasar un mal rato. Por eso, en WTW te recomendamos el “método 50/30/20” para organizar de una mejor forma tus finanzas.

A partir de esta fórmula, se cambió uno de los principios básicos en las finanzas personales, pues este método te ayuda a clasificar los gastos a partir de tus necesidades, caprichos y ahorros, para darles una adecuada prioridad y lograr un mayor equilibrio en tu economía personal.  La regla 50/30/20 fue creada por la senadora estadounidense Elizabeth Warren y publicada en su libro “All Your Worth: The Ultimate Lifetime Money Plan” y, a pesar de partir de un principio simple e intuitivo, es muy práctica y eficaz.

Antes: El dinero restante después de saldar deudas y gastos se destina al ahorro: ingresos – gastos = ahorro.

 Ahora: El ahorro es un objetivo, por lo que se define un porcentaje de dinero para guardar o invertir: ingresos – ahorro = gastos.

 La regla 50-30-20 te ayuda a asignar tu dinero a partir de su propósito (necesidades, deseos y ahorros) y ofrecer claridad sobre dónde podrías necesitar reducir gasto para mantener sana tu economía personal. Esta regla, según explica WTW, es en realidad una pauta, especialmente cuando recién empiezas a tener una vida financieramente organizada, que modificará tus conductas para llevarte a alcanzas tus metas, disfrutar tus recursos y lograrlo todo con control y responsabilidad.

Tener un plan de bienestar financiero es beneficioso para las personas en todos los aspectos, y contribuye a que tengan un balance de bienestar físico y emocional, así como influye en su productividad. Una buena planificación disminuye el estrés financiero, que impacta directamente en la salud de las personas provocando insomnio, ansiedad y otras alteraciones del sistema inmune o problemas cardiovasculares, entre otras afecciones.

Aquí te explicamos como puedes aplicar la fórmula:

50% – Gastos esenciales

El 50% de tus ingresos mensuales deberían cubrir tus necesidades básicas. Sin embargo, muchas personas pueden considerar que este porcentaje no es suficiente para vivir en el día a día. Por eso, es importante diferenciar entre gastos prescindibles y necesarios para no derrochar dinero de más.

Las compras esenciales incluyen:

  • Pago de alquiler, expensas y servicios (luz, agua, gas, etc.)
  • Supermercado y comida del mes
  • Vestimenta
  • Cuotas del colegio y/o universidad
  • Prepaga y gastos médicos
  • Transporte

30% – Gastos flexibles

El 30% de tus ingresos deberían destinarse en compras que no son necesarias para vivir, pero que mejoran tu calidad de vida o te brindan mayor placer. Si no llevas un control de tus finanzas, podrías excederte en este tipo de gastos flexibles.

Esta categoría incluye:

  • Actividades de ocio (salidas a bares o restaurantes, cines, espectáculos, etc.)
  • Pedido de comida por delivery
  • Compras en kioscos (dulces, gaseosas, cigarrillos, etc.)
  • Viajes y vacaciones
  • Cuota del gimnasio o actividades deportivas

20% – Objetivos financieros

El 20% de tu dinero debería destinarse al ahorro o a generar mayor rendimiento. Es necesario descontar este porcentaje de tus ingresos al comienzo de cada mes como un objetivo fijo a cumplir y para evitar derrocharlo en otras compras. Una buena opción es depositar este dinero en una cuenta exclusiva de ahorro o invertirlo en un plazo fijo, fondo común de inversión o la alternativa que prefieras.

Lograr un estado de seguridad financiera requiere la capacidad de administrar compromisos presupuestarios, cumplir objetivos financieros, protegerte contra riesgos y ahorrar para contingencias y necesidades futuras, como el pago de la universidad (propia o de los hijos), adquirir un bien (una vivienda o un auto) o asegurar una jubilación con tranquilidad. Las habilidades de resiliencia financiera son un aspecto clave del bienestar financiero, ya que permiten a los empleados hacer frente a varios tipos de crisis.

Para más información puedes visitar la página https://www.wtwco.com/es-gt/solutions/wellbeing

Carolina Arévalo