Los jóvenes fuera del padrón tienen depresión política
Guatemala está a menos de 10 meses de ir a las urnas para elegir Presidente y Vicepresidente, diputados al Congreso de la República, diputados al Parlamento Centroamericano y alcaldes. El tiempo de empadronamiento se acorta y a la fecha suman 8.6 millones inscritos para votar. El último censo reveló que la población entre los 18 […]
Publicado el 12 Sep 2022

Los jóvenes fuera del padrón tienen depresión política

Guatemala está a menos de 10 meses de ir a las urnas para elegir Presidente y Vicepresidente, diputados al Congreso de la República, diputados al Parlamento Centroamericano y alcaldes. El tiempo de empadronamiento se acorta y a la fecha suman 8.6 millones inscritos para votar.

El último censo reveló que la población entre los 18 y 25 años es el grupo mayoritario en Guatemala, con 26%. Pero en las estadísticas de empadronados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), los jóvenes en estas estas edades solo representan el 10%.

¿Qué pasa con los más jóvenes y la política?

Están desmoralizados. Esa es la respuesta que en coro emiten veinteañeros.

Estadísticas TSE.

Ester Bocel, una joven zutujil de Sololá y con 19 años, es la segunda de tres hermanos e hija de una comerciante informal y un albañil. La chica dice que hay desánimo:

La gente suele manchar mucho la política, pero es más por quienes la administran.

Esta joven se graduó el año pasado del bachillerato y no continuó estudios superiores, pero espera hacerlo el próximo año. Ella está empadronada y quiere votar, pero es algo que a su generación no le quita el sueño:

Tienen el derecho de estar molestos. Lo que se da, sin embargo, es una oportunidad de pensar ¿cómo estoy aportando? Y ¿cómo mis acciones tienen efectos, no solo sobre mí, sino en el resto de la población?

José Velásquez, un joven albañil de 25 años, papá de tres hijos, el mayor de 9 años y el menor de 3. En el anterior proceso no eligió autoridades, vive en Mixco y el próximo año quiere dar su voto:

Porque últimamente han pasado cosas que no las han podido solucionar y las personas esperamos que haya otras personas que sí hagan las cosas. Solo prometen y prometen y no hacen nada: donde yo vivo, el alcalde –Neto Bran– dijo que iba a componer las calles, pero aún están de tierra e incluso hemos dado dinero, pero no hacen nada.

Nikol Estrada recién cumplió 18, está en su primer año en la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Rafael Landívar de la capital. En junio 2023 votará por primera vez y aunque  resiente los fallos políticos, no quiere dejar pasar esta oportunidad de aportar:

 El gobierno que tenemos y los que hemos tenido anteriormente no han sido los mejores y todos lo sabemos, pero si uno no da su voto, nos quedamos en lo mismo. ¿Te tienen decepcionada los políticos? Sí porque la corrupción que hay es bastante notable, ya ni la esconden.

Otto Girón tuvo su primera experiencia en las urnas en el evento de 2019, tiene 22 años y estudia Ingeniería Civil en campus central de la USAC. Tiene un hermano menor y sus papás son contadores.

Desmotiva que los que están postulados van a llegar a hacer lo mismo. Hace falta investigar en las intenciones o los orígenes de las personas para ver quién puede ser una mejor opción, pero se piensa que el ciclo se repite.

Este joven cree que a su generación no le atrae la política, sus conversaciones giran entorno a:

“La mayoría quiere irse del país”. Esa frase es recurrente entre los entrevistados: Ester, la joven de Sololá, suele escucharlo entre sus contemporáneos: es la única alternativa ante la escasez de oportunidades. Estos comentarios no son ajenos en la Landívar, confirma Nikol: sí se quieren ir porque aquí cuesta, no hay oportunidades.

Una encuesta de Movilidad de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), resaltó que en 2021, 2 mil 842 padres reportaron migración y posterior deportación de sus hijos:  95% eran adolescentes de entre 13 y 18 años.

Carlos Bezares, secretario general provisional del partido en formación VOS, señala que la decepción es responsabilidad de la clase política:

El apego de una persona a su país se da en torno a lo que la nación le brinda y en este momento les está dando: inseguridad, violencia y falta de oportunidades.  Los partidos tienen que hacer ofertas atractivas para este sector y es: generación de empleo en condiciones dignas y que lleven a la par seguridad y protección social, si no lo hacemos no vamos a se interesen en la política.

Bezares concluye que el desánimo pasa también porque ha visto que sus papás cada 4 años asisten a votar, pero no hay cambios. Esa decepción ha calado a tal punto que no creen en el sistema político. El TSE para incentivar el empadronamiento incluso compró 5 mil pachones por los que pagó Q82 mil 500.

 

 

Henry Bin

Periodista

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