Las imágenes de policías y fuerzas especiales mientras dialogaban y se retiraban de ciudadanos que bloquearon calles de la ciudad y carreteras del país generaron interrogantes en plenas manifestaciones de la semana pasada: ¿Por qué los policías no dispersaron las manifestaciones? Hay varias razones.
Una de ellas es que fueron advertidos que la responsabilidad de sus actuaciones será individual y que estaban sujetos a sanciones por desobediencia. Hay policías que dicen: “llegamos al extremo”. Un agente asignado a una comisaría en Villa Nueva se negó a acatar órdenes y él mismo grabó la explicación:
“Señores, nosotros no vamos a ir a pelear con ustedes los manifestantes. Yo no voy a cubrir este servicio para irle a pegar a la gente, eso no. ¿Cuánto tenemos de sueldo? Q5 mil 800 estoy cobrando yo que llevo 15 años de servicio y eso de qué me va a alcanzar si vivo a 550 kilómetros de Playa Grande”.
El salario base de un agente es de Q2 mil 954, con bonos nivelan a Q5 mil 600; este año se aprobó un incentivo más de Q600 que será aplicado en diciembre.
Jorge Aguilar, vocero del ministerio de Gobernación, dijo que este agente abandonó el trabajo y que según sus colegas se encontraba bajo efectos del alcohol cuando grabó el video. A pesar de ello, otros policías confirman en páginas de Facebook administradas por policías su descontento y cansancio.
En las dos semanas de protesta se han registrado conatos de dispersión a manifestaciones: en ciertos lugares, como en toma de la planta de agua Xayá-Pixcayá en Chimaltenango, hubo desalojó hace ocho días, pero un día después, la población se duplicó y la PNC y el Ejército debieron ceder.
Un expolicía de declina identificarse recuerda: Yo estuve en manifestaciones hace como 7 años: los del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) quisieron tomar la Corte de Constitucionalidad (CC) y el temor de verse superado, da miedo. Uno tiene que proteger la orden que le han dado y si uno no cumple, lo destituyen; y si uno se queda parado, lo matan. Entonces la adrenalina se le va a uno hasta los cielos; el miedo hace que actúes, no te paraliza.
El viernes pasado las Fuerzas Especiales de Policía (FEP) lograron disolver la protesta en Aguilar Batres y Periférico, pero son desalojos temporales. La misma semana vimos cómo un grupo de manifestantes de la Colonia Bethania se impusieron sobre los policías al punto que la fuerza pública debió retroceder; especial tensión se vivió en San Vicente Pacaya, Escuintla. también quedó registrado como la PNC lanzó bombas lacrimógenas en la Plaza de la Constitución y el ministro de Gobernación Napoleón Barrientos declaró en una entrevista con Emisoras Unidas: Efectivamente se trataba de grupos infiltrados. Las autoridades dijeron que se deducirían responsabilidad para quién dio la orden de abrir fuego.
Los seis capturados del martes pasado fueron ligados a proceso por robo, pese a que destrozaron el Portal de Independencia, además, seguirán el proceso desde su casa. La semana corrieron rumores de que el ministro Barrientos renunció, pero él lo negó.
El expolicía añade: aquí el problema es que por muy mando que sea, la orden jerárquica viene y si no la cumplen, los van a destituir. Y por eso hay miedo de no manifestar y expresarse y nos llevan a confrontar con los propios hermanos.
Un extrabajador de la oficina de Prevención de la Violencia de la PNC, interpreta:
Se está enviando un mensaje psicológico a la sociedad. Ya hay una empatía, ellos no los quieren reprimir, pero ahora ya viene una contra orden legal, para no certificar lo conducente, ahora tienen que reprimir. Por eso las fuerzas especiales nunca cargan el uniforme 1 -gris perla- solo el 2, porque ese uniforme negro intimida, porque es un represivo.
El uniforme gris perla es para agentes de seguridad preventiva; en cambio el negro es para fuerza especial: reclutada con distintos requisitos, para empezar la complexión es distinta; también reciben un entrenamiento especializado. Ellos son la fuerza enviada a disolver manifestaciones.