Con el 38 % de los votos, los ciudadanos de la capital entregaron, de nuevo, la gestión municipal al Partido Unionista de la familia Arzú.
Con la próxima administración edil, con Ricardo Quiñónez a la cabeza y 9 integrantes más, los Unionistas completan 16 años en el Palacio de la Loba. Sus votos en estos años siempre han sido mayoría y la oposición se ha mantenido entre los 3 y 6 votos. La historia se repite esta vez: 4 Concejales de Creo y 1 de Semilla que suman 5 integrantes de oposición.
Lo anterior tampoco garantiza que exista debate o cuestionamientos internos. Así opina Juan Francisco Solórzano Foppa, el exsuperintendente de Administración Tributaria, quien en su intento por postularse como candidato para la alcaldía metropolitana, denunció las fallas de la administración edil desde sus redes sociales:
Creo que la única y verdadera oposición será la concejal de Semilla ya que lo que hemos visto en las administraciones anteriores: CREO ha votado de forma idéntica. Tener un concejal fuera de CREO y Unionismo, será ella la que tendrá que realizar el papel de fiscalización. Pero definitivamente no puede evitar que se tomen decisiones porque el Unionismo tiene la mayoría; sin embargo, sí puede hacer públicas las resoluciones y puede denunciar todo el mal manejo.
Unionistas no tendrán necesidad de negociar
Siete de los concejales actuales fueron elegidos en coalición Unionista-CREO; además, uno del desaparecido LIDER y dos de VIVA. Rosa María Botrán, una de las concejales opositoras que marcó distancia del Unionismo y denunció sus anomalías, se desmarcó de VIVA y se sumó a Creo. No logró ingresar. Hoy solo queda como opositor de VIVA Aldo Bonilla, quien percibe así el panorama de la nueva gestión metropolitana:
El rey sigue vivo. No va a haber ni necesidad de negociar por parte del Concejo, tener un equipo de gente que representa una opción distinta es este órgano no trae ninguna consecuencia de contrapeso. Las condiciones están dadas, la telaraña municipal está armada de tal manera que van a salir caminando como “relojito suizo diabólico”.
Bonilla considera que su participación en el concejo fue infructuosa pese a su disposición de fiscalizar; señala que las condiciones en la Municipalidad de Guatemala no permiten hacer un trabajo más allá de las propuestas que pone sobre la mesa el oficialismo:
Mi condición económica no me lo permitía, en Villanueva los concejales reciben Q4 mil por asistir a las sesiones y en la municipalidad de Guatemala, Q1,200 y eso significa que solo se le pueden dedicar 1 hora a la semana para ver temas de multas, agua o IUSI y no entrarle a los grandes problemas porque se necesitarían unas 8 horas diarias, por lo que no creo que el voto de Semilla haga una gran diferencia.
Rosa María Botrán no pudo responder una llamada telefónica, pero vía chat escribió que: no se esperan mayores cambios y que la dinámica será que solo llevarán agenda que únicamente pueda autorizar el Concejo, tomando en cuenta que tiene mayoría de votos. Además comentó que si la oposición quiere involucrarse en otros temas, deberá solicitar la información a través de la unidad correspondiente.
La municipalidad de Guatemala cuenta con un presupuesto anual de Q1.6 millardos, además, según Solórzano Foppa, la comuna percibe en donaciones y derecho de impacto vial otros Q100 millones los cuales están vinculados con la aprobación de licencias de construcción.