María Corina
Una mujer con la certeza de que la dictadura no va a terminar si ella no la orilla al abismo. Una mujer que actúa y no se resigna.
Publicado el 10 Ene 2025

Lo más admirable de María Corina Machado es su determinación de escalar, no simplemente mantener ni mucho menos reducir, su lucha contra la dictadura en medio de las peores circunstancias. Sin apenas recursos. Contra todas las adversidades. El régimen de Venezuela mantiene cooptado todo el sistema de fuerza pública y de justicia, pero además opera por medio de milicias encubiertas como ciudadanos que apoyan a la dictadura para vigilar, amedrentar, golpear a opositores. Hacer oposición en Venezuela, pese a la persistencia aun de breves espacios para la prensa crítica y para los defensores de derechos humanos, supone jugarse la libertad cada día. Y no pocos venezolanos se la juegan, pero al frente de todos ellos, María Corina, se la ha jugado.

La líder opositora decide no conformarse y luchar. No simplemente esperar a que vengan mejores circunstancias. No confiar en que alguien más haga el trabajo. Lo encabeza ella.

María Corina pudo haberse rendido cuando la autoridad electoral chavista le prohibió ser candidata. El sistema vetó su participación. Pero en lugar de bajar los brazos, en lugar de simplemente quejarse de ese comportamiento de la dictadura, promovió una candidatura alterna y la impulsó con todas sus fuerzas.

Logró el triunfo para esa opción y la dictadura se vio obligada a escamotearle la victoria. Se concretó el fraude, se persiguió al Presidente electo hasta forzarlo a salir del país y María Corina pasó a la clandestinidad para desde ahí mantener la lucha.

Escondida, a salto de mata dentro de su propia tierra, sin ninguna institución confiable o abogados de los cuales pueda echar mano en un sistema bajo control completo de la dictadura, ahí ha mantenido su lucha la opositora.

A María Corina la respalda la comunidad internacional. En muchos sentidos eso es cierto y en otros muchos eso es poco útil para enfrentar dentro de Venezuela a quienes saben que Occidente ama mucho a la democracia, pero ama más al dinero. Por eso, ese respaldo pretendido también es bastante falso o ambivalente. Porque el régimen de Maduro, con todo el rechazo que inspira, es dueño del petróleo de Venezuela, lo cual es decir mucho, y las grandes democracias del mundo, la británica, la estadounidense, la francesa codician ese petróleo que le da pingues ganancias a los dueños de sus mayores capitales.  Y no es distinto con Rusia o con China. Dudo que los rusos o los chinos, o que los sirios en tiempos de Bashar al-Assad, hayan sentido tanta identificación ideológica con el régimen de Caracas como amor por su petróleo.

De modo que para efectos de su lucha, María Corina está muy poco protegida. Apenas por un grupo de patriotas que la rodean y la resguardan, siempre bajo la mirada amenazadora de la dictadura. En realidad está sola. Y así y todo libra su lucha.

Eso es lo que la hace admirable. Más allá de que su plan para levantar a la población contra el dictador en estos días de prolongación de la dictadura tenga éxito o fracase, más allá de que Washington vuelva a aplicar el pragmatismo y cierre los ojos a cambio de muchos barriles de crudo, más allá de las declaraciones líricas de los países vecinos, María Corina persistirá en su lucha. De eso, ni duda queda.

La mujer que hace ya tiempo con mucho coraje se levantó decidida de su asiento para reprocharle el inicio de la dictadura a Hugo Chávez representa lo mejor del mundo. La determinación, la determinación de no dejarse vencer, la decisión terca de luchar aun cuando todos los vientos bufan en contra.

Juan Luis Font

33 años de hacer periodismo, reportear, conducir, fundar y dirigir medios.

Sobre Juan Luis Font

33 años de hacer periodismo, reportear, conducir, fundar y dirigir medios.