Han pasado dos semanas desde que el mirador Juan Diéguez Olaverri, el emblemático punto turístico de Huehuetenango, está cerrado al público. Afecta al turismo, dicen los afectados, especialmente en estas fechas cuando los visitantes quieren aprovechar el clima para visitar y tomarse fotografías. El que intenta entrar, sale amedrentado.
¿Cuál es la razón?
La disputa de la propiedad donde se asenta el mirador, es porque los representantes de 16 comunidades del área y las hermanas María y Marcelina García Carrillo. Estas últimas, a través de sus abogados, reclaman las tierras y afirman que son de su propiedad y cuentan con las escrituras de los terrenos donde se asientan las icónicas cabañas ahora cercadas con alambre de púas.
Guadalupe Velázquez, vocal primero de la junta directiva de la finca Los Milicianos, donde se ubican 16 comunidades de Chiantla, un municipio con 90 mil habitantes según el último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística (INE), dice desconocer por qué las hermanas se nombran como herederas de esa tierra, a la vez afirma que intentarán resolver las diferencias por medio del diálogo o la vía legal.
No nos habíamos dado cuenta, pero comenzaron a cobrarle Q500 a un turista extranjero y él lo publicó en redes sociales, por eso supimos y las señoras no quieren presentar sus documentos: dicen que cuentan con escrituras, pero hemos revisado entre los libros de registro de las parcelas y no aparecen documentos de ellas. Ya tenemos ratos de citar a las señoras para que se presenten al juzgado de nuestra comunidad agropecuaria, pero no lo hacen.
Los incidentes empezaron en febrero, cuando un grupo de turistas fue amedrentado por una de las mujeres que reclaman los terrenos, según una publicación en twitter. donde se puede observar como insulta y amenaza con destruir las cámaras de los visitantes. Con Criterio trató de ubicarlas pero los comunitarios dijeron no contar algún número telefónico de ellas ni de sus abogados.
Los terrenos donde se ubica el mirador los mantuvo durante 30 años un médico propietario de la cabaña para resguardarlo como sitio turístico. Antes de fallecer, al menos dos años atrás, los devolvió a las comunidades y fue cuando se agravó el problema pues las hermanas aseguran que a ellas les corresponden.
El mirador Juan Diéguez Olaverri está a 3 mil 300 metros sobre el nivel del mar. Diéguez Olaverri nació en la ciudad de Guatemala en 1813 y durante un viaje a México decidió vivir en Los Cuchumatanes, donde se inspiró para escribir el poema “A los Cuchumatanes”.
Mientras, el gobernador de Huehuetenango, Jorge Juan de León, espera que el problema se solucione pronto y convocó a un diálogo.
Se conformó la mesa y se les convocó para el jueves, lo que no sé decirle es que si las personas que dicen tener propiedad van a asistir, estamos con toda la buena intención de encontrar solución. Yo no me he reunido con las hermanas, hemos tratado de acercarnos, pero no han accedido. Lo que está cercado es la cabaña, pero es el lugar icónico de Huehuetenango que representa mucho a Los Cuchumatanes y esto ocasiona que la gente no se acerque.
De León, asegura que las hermanas no tienen influencia con funcionarios y desconoce si la población les teme por otras razones.
La historia de la finca Los Milicianos comenzó en 1902 cuando mediante un acuerdo gubernamental, los terrenos fueron cedidos a los pobladores, afirma Tomás Fernández, director de ordenamiento territorial de la municipalidad de Chiantla.
Están en Chiantla, pero es una finca privada: ellos tienen estatutos que están en el Registro de la Propiedad y los dueños son todos los habitantes de la comunidad. Incluso no se puede vender ni desmembrar, ellos han llegado a acuerdos con un restaurante y le dieron el terreno en usufructo por 30 años, como municipalidad no tenemos injerencia, no podemos tomar decisiones por ser una propiedad privada.
Debido a estas diferencias entre los comunitarios, sólo se puede acceder al restaurante Café del Cielo y al área de la plaza ubicada antes de llegar al mirador.