Dos mil unidades de Remdesivir para el tratamiento de covid-19; 140 mil guantes y 360 mil jeringas, eran algunas de las compras que el hospital Roosevelt licitó junto a 86 unidades compradoras que salieron a comprar durante los tres días de vigencia del Estado de Calamidad improbado el 5 de septiembre.
“Cosas tan sencillas como un oxímetro causan ansiedad, porque se tienen pero en mal estado”, dice Edwin Calgua, médico e investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y quien labora en el hospitales para la atención del Covid. Aunque no se concretaron, este epidemiólogo dice que las compras son urgentes.
“Hoy en día tener un oxímetro es tan necesario como tener un termómetro.Lo tenemos en instalaciones, pero se desgasta muy rápidamente por el amplio uso que se les da. Hay colegas que tratan de ver la oxigenación pero no pueden porque ya no sirven”.
La ausencia de medicamentos y equipos solo provoca depresión en los galenos, dice Calgua, en especial cuando pierden una batalla por falta de insumos:
“Es triste, muy triste, saber que por falta de insumos fallece gente que uno siempre siente porque uno es humano”.
Antes de que el Congreso improbara el segundo Estado de Calamidad el 5 de septiembre último, el portal electrónico Guatecompras registró un récord 736 concursos durante cuatro días que aprovechaban el decreto 8-2021, el cual permitía compras más ágiles, para la adquisición de medicamentos y otros enseres requeridos por Salud y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Al no aprobarse la medida, los concursos fueron prescindidos, se informó en esas entidades, aunque según el portal Guatecompras, hasta el miércoles pasado habían 19 concursos de Salud en evaluación al igual que 251 de 263 del IGSS.
También el Ministerio de Salud cotizó publicidad en radio y televisión para difundir campañas de vacunación en diferentes idiomas mayas para un lapso de cinco meses, aunque no hubo oferentes. Mediante los decretos 6 y 7-2021 del Estado de Calamidad promovido en agosto y que tampoco fue aprobado, hubo un concurso del Seguro Social sin adjudicar y 199 del ministerio de Salud, de los cuales solo uno fue adjudicado por Q78 mil por un contrato de fianza y aprobación de cláusulas del área administrativa.
La viceministra de Salud Administrativa Nancy Pezzarosi espera que con la ley de emergencia aprobada en el Congreso se les suministre de insumos, por ahora solo queda continuar con procesos de licitación que estaban empezados.
“Salud pública no es solo Covid, es atención para el control de la mortalidad infantil, enfermedades crónicas y accidentes, es muy complejo”.
Perla Zepeda, jefa del departamento de Adquisiciones y Mantenimiento del Ministerio de Salud indicó en días anteriores que, “Aunque no se haya aprobado el Estado de Calamidad se seguía el procedimiento con los concursos publicados bajo ese decreto y se calificaban los precios y la calidad dependiendo de lo que se había pedido en los términos de referencia.
«A nosotros nos facilita los tiempos _Estado de Calamidad_ porque en una licitación normal de acuerdo a la ley de contrataciones nos toma cinco meses para formalizar la contracción formal y cinco meses para un paciente es imposible que esperen. Cumplir con los plazos de ley para la atención en salud nos pone en jaque o cumplimos la parte administrativa o salvamos vidas»
Édgar Gonzáles, exvicemistro de Salud Administrativo durante el gobierno anterior, indicó que a diferencia de las licitaciones normales, durante los estados de Calamidad es común observar el incremento de eventos debido a la necesidad de cada unidad ejecutora y para aprovechar y hacer compras innecesarias o no relacionadas a la emergencia.
“En agosto se está cerrando el segundo cuatrimestre en términos de ejecución de presupuestos, seguro había una presa de cosas que no se habían comprado y es cuando se aprovechan los días del Estados de Calamidad. Pensando bien, es la necesidad y la imposibilidad de comprar durante el cuatrimestre.
Según el Ministerio de Salud, los hospitales San Juan de Dios y Roosevelt son las unidades compradoras con más demanda. Mediante el decreto 8-2021 el primero publicó 51 concursos; el segundo, 36.